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Haití, entre la vida y la muerte

  Por AP

Publicado el sábado, 16 de enero del 2010 a las 16:00


El cuerpo yace a un lado del camino que comunica a la capital de Haití.

Puerto Príncipe, Haití.- Es una mujer, inclinada hacia atrás, con la mano izquierda sobre la frente. ¿Pudo haberse caído de un camión que trasladaba cuerpos a una fosa común cercana? Al parecer a nadie le importa.

Los autobuses siguen de largo, sin detenerse.

Así es la muerte en Haití. Los muertos –víctimas con frecuencia de golpes de Estado, hambrunas o desastres naturales– no impresionan a los vivos. Especialmente ahora. Las personas se cubren la nariz con camisas, dicen una oración y siguen adelante. Hay que sobrevivir.

Pero ahora las exigencias de la muerte sobrepasan los recursos de la vida en este país devastado. La morgue se queda sin espacio. El Gobierno no tiene suficientes camiones para recoger los muertos.

A la Cruz Roja se le acabaron los sacos para cadáveres; aunque más cuerpos están cubiertos por sábanas, o expuestos por completo.

VÍCTIMAS SEPULTADAS

El Presidente haitiano René Préval dijo esta semana que 7 mil de las 45 mil ó 50 mil víctimas fatales del sismo fueron sepultadas en fosas comunes en días recientes. Otros dolientes tratan de sepultar a sus seres queridos por sus propios medios, en terrenos baldíos cercanos a calles transitadas. Y la muerte aún no termina: los enfermos se enferman aún más, los atrapados se desvanecen tras una espera de tres días, y el resto busca desesperadamente comida y agua.

En Carrefour, una barriada al sur de la capital, un tractor recoge tal vez más de mil cuerpos para incinerarlos, dijo el coordinador de Protección Civil Jean-Remy Bien-Aime. De hecho, las personas están incinerando cadáveres en un basurero cercano al mar. Alguien incluso arrojó un féretro a la gran montaña de basura en llamas con restos humanos.

Las tumbas también se están multiplicando en las afueras rurales de Puerto Príncipe. Forman una fila junto al camino que lleva a la ciudad.

En un sitio, los muertos están en una gran pila, mezclados con tierra roja y basura.

En otro, los cuerpos hinchados están en fosas gigantes. Un tractor espera cerca, pero sin conductor.

Cuatro de las fosas aún están abiertas, esperando los nuevos cuerpos que seguramente llegarán.

Ante el caos reinante en Haití estos días, este lugar de descanso final para cientos, tal vez miles de personas, es un oasis silencioso, e incluso bello. Reposa entre una serena bahía azul y una cadena de colinas. El único indicio de que la frenética ciudad de Puerto Príncipe está cercana es la persistente niebla marrón, la polución de la ciudad, que se mantiene sobre la bahía.

NADIE LA LEVANTA

Cuando un grupo de periodistas regresa a la ciudad, el cuerpo de la mujer aún permanece junto al camino. Nadie la ha recogido.

Sólo viste un sucio pullover azul de una pieza. Tiene quemaduras en el rostro y cortadas en los pies. Su mano derecha sostiene una botella de agua, así que tal vez no se cayó de la camioneta de la morgue.

¿HABRÁ MUERTO EN LA CALLE?

Luego su pierna izquierda parece moverse, casi imperceptiblemente, como si el viento la hubiera empujado. ¿Podría ser?

Se sienta. Su nombre es Berley Marie Lourde, tiene 50 años y no ha comido en varios días.

Su casa está en una villa cercana que no sufrió daños por el sismo. Pero dice que caminaba la mañana del viernes en busca de comida cuando se desmayó junto al camino. “Pensé que moriría en la calle”, dijo.

Los periodistas suben a la mujer en su camioneta y preguntan a las personas en una villa cercana si pueden ayudarla. Dicen que no. Allí también están hambrientos.

“Tampoco tenemos comida”, dijo una mujer. “No podemos aceptar más gente aquí”.

CIENTÍFICOS ALERTARON SOBRE SISMO EN 2008

Un grupo de científicos que detectó riesgosos indicios de tensiones en la falla tectónica que desató el devastador sismo del martes en Haití dijeron que alertaron a las autoridades del país caribeño hace dos años que se avecinaba un gran terremoto en la zona.

Los estudios, presentados en una conferencia geológica en marzo del 2008 y nuevamente en reuniones con funcionarios haitianos dos meses después, señalaban que la falla podía causar un terremoto de magnitud de 7.2. El temblor del martes fue de magnitud 7.

Haití, un país extremadamente pobre, no hubiera podido hacer mucho para prepararse para el temblor en dos años.

“Es muy poco tiempo para hacer algo, especialmente en un país como Haití. Incluso en un país desarrollado es difícil realizar grandes operaciones preventivas en dos años”, expresó el jueves Eric Calais, profesor de geofísica de la Purdue University.

El estudio, por otro lado, no fijó un plazo para el temblor, por lo que no hizo que se tomasen medidas especiales, de acuerdo con Paul Mann, científico del Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas.

“Haití tiene tantos problemas que cuando uno hace un pronóstico medio ambiguo sobre un posible terremoto, no tiene recursos para tomar medidas”, manifestó Mann.

Haití todavía sentía los efectos de una serie de catástrofes. Tan sólo en el 2008 fue sacudido por cuatro tormentas tropicales y huracanes, que causaron estragos en una nación caracterizada por la pobreza, la inestabilidad política y la deficiente construcción de sus edificios, que los hace vulnerables a los temblores.

Calais y Mann fueron parte de un grupo de científicos que en marzo del 2008 presentaron en la República Dominicana un informe sobre los riesgos que detectaron en la falla de Enriquillo.

Calais dijo que también presentó sus conclusiones a funcionarios de Haití durante una serie de reuniones en mayo del mismo año, incluidos el primer ministro y otras figuras prominentes del Gobierno.

“Nos escucharon; pero lamentablemente no se tomaron medidas”, declaró el científico. “La realidad es que era muy poco tiempo para hacer algo, particularmente en un país como Haití, que tiene tantos problemas”.

AYUDA A CUENTAGOTAS
Agencias
El organismo asegura que la entrega se ha dificultado por la devastación de Puerto Príncipe

La ONU trata de agilizar la distribución de la ayuda que llega a Haití, ante el temor de que los ya tres días sin agua y alimentos por los que ya han pasado los millones de afectados por el sismo lleven a desórdenes en el desolado Puerto Príncipe, dijeron responsables del organismo.

Aseguraron que son conscientes de que las dificultades para hacer llegar a las víctimas los cargamentos de asistencia que se acumulan en el aeropuerto de la capital haitiana pueden conducir a un deterioro de la tensa situación que vive el país.

“La distribución es un problema, y es una gota en el océano. Lo sabemos y compartimos la impaciencia, pero hay limitaciones a la distribución por falta de camiones, combustible y el bloqueo de las carreteras”, dijo el subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, John Holmes.

El diplomático británico resaltó que son conscientes del “enojo y la frustración” de los supervivientes de la catástrofe, que duermen precariamente a la intemperie. De todos modos, aclaró que por el momento no se han producido graves incidentes de orden público, al tiempo que desmintió informaciones sobre el saqueo de almacenes del Programa Mundial de Alimentos (PMA).

“No han sido saqueados. Es una información incorrecta, están intactos. Lo que hay es dificultades para acceder a ellos debido a las dudas acerca de su estabilidad”, apuntó. Hasta el momento esa agencia humanitaria de la ONU ha hecho llegar alimentos a sólo unas 8 mil personas, pero espera llegar a contar en los próximos 15 días con raciones para un millón.

Ante el aumento de la tensión en Puerto Príncipe, los responsables de Minustah han reforzado las patrullas militares y policiales que garantizan la seguridad en la capital haitiana, dijo el portavoz de la ONU, Martin Nesirky. Al mismo tiempo, señaló que la Policía Nacional Haitiana trata de reorganizarse después de que el sismo la desarticulara por completo y su presencia se echara de menos en las calles.

Nesirky también indicó que siguen las tareas para tratar de encontrar supervivientes entre los escombros de la sede de Minustah, que colapsó a causa del terremoto, y en la que podrían estar atrapados más de un centenar de empleados del organismo. Hasta el momento, la organización multilateral ha confirmado el fallecimiento de 36 integrantes de Minustah, entre policías, militares y civiles, además de un empleado del PMA.

La ONU presentará oficialmente en las próximas horas a los países donantes una solicitud de ayuda urgente de 560 millones de dólares, unos 10 millones de dólares más de lo inicialmente anunciado por el organismo. La petición incluye fondos para la distribución de agua, alimentos, refugios, servicios sanitarios y atención médica durante seis meses, así como para necesidades a mediano plazo, como la reconstrucción de infraestructuras, explicó Holmes.

También aclaró algunos datos sobre el grado de destrucción que el personal de la ONU ha observado en Puerto Príncipe. Cerca de un 30% de los inmuebles de la ciudad han quedado dañados o destruidos a causa del sismo, una proporción que se eleva al 50% en las áreas más afectadas por ese terremoto.

José Valverde, esposo de la funcionaria de la UE desaparecida en el terremoto de Haití, Pilar Juárez, ha pedido que los países organicen un mando único colegiado para que sea efectiva la ayuda humanitaria que está llegando y para retirar cadáveres de las calles.

En una entrevista telefónica concedida desde Santo Domingo, Valverde ha explicado que una de las prioridades es el envío de gasolina, por ejemplo, y ha insistido en que “hay muy buena voluntad en la solidaridad, en el envío, en recoger dinero; pero al final se queda en la carretera”.

José Valverde y el hijo del matrimonio forman parte de la delegación de miembros de la UE en Haití que han sido evacuados y, tras evaluar lo que han visto y han sentido, ambos se han propuesto trabajar para que la ayuda llegue a su destino. Pilar Juárez, miembro de una conocida familia de La Granja (Segovia), de 53 años, considerada “la segunda” de la embajada de la UE en Haití, sentía pasión por los asuntos de cooperación y ayuda humanitaria, según su esposo.

En la entrevista, Valverde sigue lamentando que “el problema es que la organización de Naciones Unidas está descabezada, nadie sabe nada dónde hay que llevar la ayuda humanitaria, es preciso que se monte un gabinete de crisis colegiado a nivel de todos los donantes, no que cada uno tome una iniciativa por separado”.

Que cada país actúe por su cuenta, según el esposo de la española desaparecida, “no sirve para nada, por ejemplo los soldados que llegan llevan logística para ellos y no para ayudar al pueblo haitiano”. Para Valverde, “la ayuda humanitaria no está llegando a su destino, hay mucha hambre, muchos muertos, he vivido una situación de estrés muy fuerte, miles de personas fallecidas en la calle. Tiene que haber una estrategia para recoger esos cadáveres, porque si no va a haber un proceso epidemiológico grave”.

ARRIBAN MEXICANOS RESCATADOS
El Universal
A bordo de un avión de la Armada de México, arribaron en punto de la 1:15 horas de este viernes, tiempo local, los 10 mexicanos que solicitaron ser repatriados de Haití tras la situación que impera en esa nación caribeña por el terremoto del martes pasado.

Al hangar de la Marina Armada de México arribó la aeronave, que transportó a los 10 connacionales de los 42 que el Gobierno federal ha reportado fuera de peligro en Haití.

Funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) abordaron la aeronave para dar la bienvenida a los mexicanos.

Daniel Hernández Joseph, director general de Protección a Mexicanos en el Exterior de la SRE, fue quien coordinó los esfuerzos para su localización en Haití.

En el grupo venían tres menores de edad, entre ellos un menor de 6 meses y los otros de 3 y 6 años.

Algunos de los los mexicanos que arribaron fueron identificados como Elsa Montero, Mónica Andalo González, Paola Barreda y Nancy Demosthene.

Asimismo, fueron repatriados los niños Antonio y Giovanni Nocera, Eugenio Gastélum, Esther Díaz Lafontan, Sandrine Lafontan y su bebé de seis meses.

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