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Por Miguel García
Publicado el viernes, 25 de marzo del 2011 a las 15:00
A mediodía nos recogió en una plaza de Cortazar, Guanajuato, a bordo de un Jetta blanco, que cumplió durante una semana sus necesidades, unas de closet y otras de alacena, y que nos movió por la capital de Querétaro, Guanajuato, y Tepeji del Río, Hidalgo.
Desde la primera impresión,“Glison” fue amigable. Con blanca sonrisa, gracias a la ortodoncia, nos recibió su abrazo sincero, usaba camisa azul y pantalón de mezclilla.
No es el torero acaudalado que tiene el traje de luces sobre el maniquí, cual reliquia en un rincón de la habitación. Su vestimenta y accesorios para la fiesta brava están en el asiento trasero.
Apenas hay espacio para el fotógrafo. Jorge es una persona de desafíos constantes. En el intervalo del viaje por carretera, reveló su próximo proyecto: ser rejoneador. Más tarde entramos Durante la famosa cabalgata “Unidos por México”, en la cual rompió tres Récord Guinnes, con más de 600 caballos y un recorrido de 4 mil kilómetros, le “dio la inquietud de si podía torear a caballo”. Con el arte de Marialva lleva ya cuatro festivales y tres corridas de toros.
—¿Qué es lo que planea hacer ahora?
—Mi idea es iniciar un rejoneo mexicano totalmente. Descubrí que Ignacio Allende había sido torero de a pie y rejoneador también. Uso su uniforme como un homenaje al héroe.
“Hay caballos muy valientes, que no son rejoneadores, pero que los utilizan en algo que es un deporte en esta zona, el jaripeo a toros bravos… No son tan bonitos ni finos como los españoles o portugueses, pero son caballos valientes y mexicanos”.
De 20 pencos probados en la región, escogió tres para debutar en Silao, Guanajuato. A un corcel lo rebautizó como “Allende” y los otros dos pronto serán “Hidalgo” y “Morelos”.
—¿Por qué dejar el toreo a pie?
—“Ya lo hago muy bien y para mí ya no es un reto… De hecho, estoy toreando mejor que nunca por la experiencia, la edad y la madurez. Mi entusiasmo estriba en aprender a torear a caballo y combinar ambos… Hacer lo que ya sé pierde interés para mí”.
—¿Es difícil manejar un caballo para torear?
—“El caballo por naturaleza tiene miedo. Es un animal más bien víctima que depredador, su naturaleza es huir.
Es extraño ver un caballo que ataque; sin embargo, se dan los casos excepcionales, Diego (Ventura) trae un caballo que muerde”.
Allende, Hidalgo y Morelos
Cuando llegamos a un área de caballerizas topamos con un ruedo rústico hecho de piedra, como los antiguos potreros charros. Era el rancho “Las Camelinas” y al fondo estaba el Cerro del Culiacán, donde andan libres toros mansos. Allí entrenan caballos en la alta escuela y rienda vaquera para rentarlos a cantantes.
“Allende” pertenece a esta academia. La bienvenida para “Glison” fue abriendo plaza: “Matador”. Más tarde hicimos una visita al ganadero Luis Martínez, cuando el sol se escondía en occidente. Encontramos a Leo, su hijo, floreando la reata a caballo e intentando poner el rejón de muerte a una cubeta.
Ahí estaban los últimos ejemplares, “Hidalgo” y “Morelos”. Por la noche se reunieron los trabajadores del rancho para compartir. El tema recurrente fue “El Glison”. Nadie daba crédito a la voluntad del hombre frente a ellos cuando lo vieron, en el reproductor de video portátil, ser cornado, caer varias veces y levantarse para torear.
Adicto a la adrenalina, saltaba al animal desde una silla cuando le embestía. Se presentó en helicóptero y bajó por tirolesa en un par de plazas. Dominaba “El Péndulo” con la muleta, daba pases, valiente, quitando la vista al toro bravo.
Sus manías eran arrimársele y retarlo con suertes de antaño, de rodillas y frente a frente, sentir su calor y aliento. Tales muestras de valor se ganaron las ovaciones (¡olé, olé!) y el cántico de “toooreeero, torero”; pero igual le dejaron cicatrices imborrables.
BUITRE DE ‘LA NARRO’
De regreso por la noche a Querétaro, tuvimos una larga charla pues llegamos a cenar. Allí recordó su pasado en Saltillo. “Glison” muy pequeño se fue a Perú por una temporada con sus padres.
Con lo nómada en la sangre, apenas fue mayor de edad y viajó a Alaska.
—¿Qué hiciste en Saltillo?
—“Desde muy niño me gustaban mucho los caballos. De alguna manera, ser rejoneador es una vuelta a mis orígenes. Fui charro, jinete de toro, jinete de caballo, luego estuve un año estudiando en la
Universidad de Chapingo y acabé en la Narro (UAAAN). Soy ingeniero agrónomo zootecnista de la Narro”.
—¿Es cierta tu etapa como cazador de tiburones?
—“Cuando estaba en la preparatoria (Colmex) durante las vacaciones me iba a viajar por todo el país. Llegué a Mazatlán y me invitaron a cazar tiburones… Ahí conocí a unos norteamericanos que trabajaban en Alaska pescando salmón, me dieron la idea de irme a Alaska un año… Atravesé Estados Unidos y Canadá de aventón, luego me regresé para entrar a la universidad”.
En las filas de los Buitres de la Narro formó parte del equipo ecuestre, creó el equipo de rodeo en 1980, también jugó futbol americano en Liga Mayor.
—¿Cómo te fuiste acercando a la fiesta de los toros?
—En la Universidad, siendo jinete, me hice payaso de rodeo. Aunque no eran toros de lidia, sino de reparo, salían bravos que embestían. Como tenía agilidad empecé a recortarlos. Resulta que erabueno, me convertíen el primer payasoprofesional y cobraba una lana.
SALTILLENSE PEREGRINO
En 1982 partió a su segundo viaje internacional.“Me fui de aventón de aquí a Nueva York y allí agarré un avión… Salía el vuelo en 200 dólares a Bruselas, Bélgica”, recordó. “De Europa me fui a África, Asia, le di la vuelta al mundo”. Conoció las grandes capitales de cada continente.
En Europa supo de Pamplona, Navarra, en España. Era rodeo. “Corría con los toros en las calles y me empecé a empapar del ambiente taurino, ahí fui por primera vez a una corrida de toros”, narró. Allí vio torear al mexicano Jorge Gutiérrez y le dio su bandera de México cuando cortó una oreja y le acompañó cuando fue llevado en hombros.
Su gusto por la lectura le llevó a reafirmar el camino: “Me enamoré de la fiesta brava a través de los libros. Leí de los primeros toreros que hubo en 1700. Encontré las suertes antiguas: saltar desde la silla para poner las banderillas, matar al toro con el cuchillo”. “Hubo mucha polémica”, dijo. “Los puristas taurinos me atacaron y creían que hacía algo indebido cuando yo era el más ortodoxo de todos”.
—¿Pero cuáles eran tus recursos para mantener tu viaje?
—“Compré joyería de plata en Taxco, Guerrero, y la vendía bien. Ponía un sarape en el suelo de las plazas y vendía pulseras, anillos y collares.
Gané lo suficiente para seguir viajando. Cuando se acabó la joyería, compré productos que sabía les iban a interesar en el siguiente país. Vendí whisky en los países árabes, donde >—¿Entonces hasta de traficante la hiciste?
—“Sí, aunque a un nivel muy pequeño. De hecho me metieron a la cárcel en Pakistán, me agarraron un día y me dejaron ir, pues tampoco era el gran contrabando, eran dos litros y los llevaba en cantimploras. Una cárcel en esos países está cabrón”.
—¿Cómo te hacías entender?
—“Sé hablar inglés desde que estuve en Alaska, luego aprendí durante mi viaje algo de francés y alemán, ahí me hacía entender. En los países árabes muchos hablan alemán”.
—¿Por qué te gusta tanto viajar?
—“Desde mis abuelos, toda nuestra familia ha sido gente que viaja. Tengo antepasados franceses, árabes, ingleses, judíos, ha sido una mescolanza de sangres… Los viajes ilustran.
Mi papá nos inculcó a mí y a mis hermanos el amor por viajar; somos cinco en total, cuatro hombres y una mujer, lo traigo en las venas. Ir a donde te lleve el viento. Sin un plan —¿Cuáles fueron las dificultades que viviste ese año fuera de México?
—“Sufrí mucho porque mi viaje no era de lujo, dormía en despoblado, a veces llegaban los policías. En Túnez tuve problemas con las drogas.
Como era joven y andaba con mochila, barbón y greñudo, la gente creía que buscaba drogas… pero yo quería comida. Hubo agresiones con golpes y sacando cuchillos, pero escapaba diciendo que era mexicano: ‘gringo menso, mexicano tercermundista y Pancho Villa’.
Tienen un gran rencor a gringos y europeos”.
‘DE BABAS, NO DE BARBAS’
La primera vez que vistió de luces fue en Ciudad Acuña, en 1985, como novillero, pero se inicia toreando becerros, novillos y luego toros. “Son como ligas menores, intermedia y mayores.
a una zona campirana de Guanajuato.
Gleason Berumen
» Alias: “El Glison”
» Fecha de nacimiento: 27 de octubre de 1960,
Saltillo, Coahuila.
» Edad: 50 años
» Carrera: Ingeniero Agrónomo Zootecnista
de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro.
» Primera vez de luces: 13 de octubre de 1985 en Ciudad Acuña.
» Alternativa: 2 de septiembre de 1990 en
Monterrey. Su padrino fue Mariano Ramos.
» Confirmación en Plaza México: 13 de enero de 1991.
» Accesorio preferido: La
muleta.
» Movimiento: “El Péndulo”
» Padres: José Gleason
Peart y María Elena Berúmen
está prohibido”.
definido”.
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