Espectáculos
Por El Universal
Publicado el jueves, 30 de julio del 2009 a las 03:50
México, D.F.- A Beto El Boticario le llegó su hora “cuchi cuchi, chimenguenchona”, por lo menos así describe la partida de su padre, su hijo Beto Lucas.
El famoso “tata tiú, tata tiú” y “la hora ya vas que chutas” se quedarán grabados en la memoria colectiva del país. Pero también las interrupciones en plena interpretación de César Costa y de Gualberto Castro durante el programa, un clásico de finales de los 70, “La carabina de Ambrosio”, son momentos de transición en la televisión, porque en esa época no era común un acto tan temerario: “Ya, ya, ya. El público quiere ver al mago, lo mejor de este programa. Es parte de los aumentos de este programa”, decía.
La carrera como profesional de Roberto Ramírez Garza, nacido el 19 de agosto 1927, comenzó en 1952 cuando se trasladó de su natal Monterrey a Tijuana, Baja California para hacer carrera en la música como parte del grupo Los Braceros.
Posteriormente, en 1957 la película El buen ladrón, marcó su debut en la pantalla grande con su personaje de El Charifa, que le valió el máximo reconocimiento de cine en nuestro país, el premio Ariel, como mejor papel en cuadro masculino. En esa misma película de Mauricio de la Serna (Pablo y Carolina) también fue galardonado Federico Curiel como mejor actor de reparto.
Sus tres hijos, Gloria, Silvia y Beto solían escuchar las anécdotas de su padre, entre ellas la historia de por qué de su apodo: Beto El Boticario, que tiene que ver con la burla que hacían de él cuando de pequeño trabajaba en una botica, a la que ahora se le conoce como farmacia.
Su padre El Conde Boby, fue uno de los mejores ventrílocuos de la época, por lo que él decidió seguirle los pasos, sólo que probó de todo como cantar, actuar, imitar, ser músico y, por su puesto trabajar de ventrílocuo.
El Magazo, como solían decirle al final de cada acto de magia, también será recordado por atreverse a crear un estilo en la televisión que a la fecha no se ha superado, como las frases y los trucos de magia que, más allá de ser un gran ilusionista, tenía la originalidad y la comedia para hacer reír.
El Maguito Rodi, fue una de las más grandes imitaciones de El Boticario, pues durante su participación en el programa Chiquilladas, trató de imitar su discurso introductorio: “Hijos míos, buenas noches. Ha llegado la hora cuchi cuchi, ha llegado la hora chimenguenchona; la hora ya vas que chutas, ha llegado el porqué de este programa”.
El Magazo también fue motivo de inspiración para conductores como Paco Stanley, que decía pues “sí hay y bien”, y que eran palabras que enfatizaba cuando Gina Montes, la modelo del programa “La carabina de Ambrosio”, salía del foro contoneándose con su tradicional “De nanquiu”.
Se cree que él le puso el nombre al programa “La carabina de Ambrosio”, donde compartió la comedia con amigos como Xavier López Chabelo y Alejandro Suárez, por lo menos eso fue lo que dijo en una de sus últimas entrevistas realizadas en Televisa Radio, en el programa “La noche W”.
Su carrera se resume con un aproximado de 80 películas, entre ellas clásicas como: “El águila descalza”, “El aviso inoportuno”, “Guantes de oro”, “Aventuras del látigo negro”, “Alguien nos quiere matar” y “Fe, esperanza y caridad”.
En 1959 comenzó a usar su nombre artístico en la película El hombre del alazán, a partir de ese trabajó y hasta la fecha de su muerte (28 julio de 2009) siempre fue Beto El Boticario.
Participó en varias películas del género de cine de luchador como “Neutrón, el enmascarado negro”, “Sangre sobre el ring”, “Los autómatas de la muerte”; también con El Santo, el enmascarado de plata trabajó en “La venganza de las mujeres vampiro”, Santo contra el rey del crímen, Santo en el hotel de la muerte, Santo contra el cerebro diabólico.
También pudo hacer pareja con El pachuco de oro, en la cinta de 1963, Tin tan, el hombre mono.
Sus últimas actuaciones fueron en la telenovelas Gotita de amor y La dueña en 1996 y 1995.
Tuvo una carrera de más de 57 años, en donde hizo reír con su inocente magia y formó parte de la élite cómica mexicana.
El último show de Beto El Boticario fue el mes pasado en un restaurante-bar de la capital; después de eso se le complicó una operación de divertículos y, después de permanecer 26 días en terapia intensiva en un hospital de la ciudad de México, falleció a los 81 años de edad, como consecuencia de complicaciones cardiovasculares.
Le sobreviven sus hermanas Lilia Ramírez, Rosita Ramírez, La tía prieta y La tía guara, como le decía El Boticario a Lupe y Laura Ramírez, así como su esposa María Guadalupe Jaramillo.
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