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Tras la máscara de Fray Tormenta, Sergio Gutiérrez, un real luchador

  Por Leticia Espinoza

Publicado el lunes, 12 de abril del 2010 a las 14:00


Más de 38 años al frente de una casa hogar lo han llenado de satisfacciones

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Saltillo, Coah.- Entre los rayos de sol que se colaban por la puerta en el amplio salón de la Casa de Ejercicios Lourdes entró Fray Tormenta, custodiado por sus jóvenes gladiadores. Sergio Gutiérrez Benítez estuvo en Saltillo para demostrar que su vida no es sólo una historia.

Entre el humo del incienso, cual si fuera pasarela en el ring, subió al altar donde se despojó en segundos de su máscara.

Con la consigna de que la identidad está en el Señor, dejó ver el rostro del sacerdote tras la máscara (quizá una de las pocas veces que lo ha hecho porque generalmente en Texcoco oficia enmascarado).

TRAYECTORIA Y ORGULLOS

Fray Tormenta pidió por aquellos cuyos problemas son tan graves actualmente, rogó por la prensa que captaba cada uno de sus movimientos, porque, dice, él es producto de la publicidad y de sus amigos de los medios. El padre Sergio, cuya historia como luchador es de casi 38 años, pelea por una sola causa: sus niños, de la Casa Hogar Cachorros de Fray Tormenta, de donde han emanado tres médicos, 16 maestros, un contador público auditor, un contador privado, 20 técnicos en computación, siete abogados y un sacerdote, hecho que le llena de orgullo.

De la figura de Jesucristo parte para lanzar una cátedra de catecismo inicial sin dejar de tocar el tema del pecado original, para que los oyentes traten de discernir, entre bromas y la seriedad de las Escrituras, la palabra de Dios, porque lo que desea es que entiendan y no ser parte de la clase de sacerdotes que han convertido el ministerio de la iglesia en un “negocio”.

HOMBRES,NO ÁNGELES

En su sermón trae a colación al padre Marcial Maciel, acusado por grandes perversidades, y ya en entrevista dice su opinión: “La iglesia está compuesta por hombres, no por ángeles, yo pido que no nos generalicen, los dedos no son derechos, ¿verdad? La Iglesia también así es, a veces hay sacerdotes que la regamos, yo lo que pido es no regarla tan seguido”, y advierte que sólo Dios juzgará o perdonará a Maciel.

Se le ve contento de estar en Saltillo y agradece a fray Raúl Vera López, catalogado por él como “un obispo buena onda, y entrón, aventado, que no se mide”, la oportunidad de celebrar la misa dominical.

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