Nacional
Por Agencias
Publicado el viernes, 10 de marzo del 2017 a las 09:00
Chihuahua, Chihuahua.- Tras casi dos semanas en plantón permanente contra la tala inmoderada, la comunidad de Bosques de San Elías Repechique, del municipio serrano de Bocoyna, espera una respuesta de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, que se comprometió a informarles sobre las condiciones en las que se otorgaron permisos para la poda de árboles de ese territorio.
Alrededor de 200 rarámuris mantienen guardias para impedir el paso de camionetas y camiones que llegan a sus tierras para llevarse los árboles, y exigen que las autoridades les proporcionen los documentos necesarios para hacer válido el reconocimiento del territorio, resuelto ya por un juez federal en un juicio de amparo.
Las familias que se encuentran en el plantón han soportado nevadas, frío y aire, pero están decididas a continuar hasta obtener una respuesta positiva. Luis Javier Pérez Enríquez, segundo gobernador de la comunidad indígena, dio a conocer que en una asamblea realizada el pasado 26 de febrero los pobladores decidieron manifestarse para impedir que los particulares continúen talando los árboles que se encuentran en su territorio.
La tala –dijo– había cesado desde hace 2 años debido a que estaba en proceso un amparo contra la ausencia de consulta para la construcción del aeropuerto regional Creel-Barrancas, y otro contra el paso del gasoducto.
Repechique ganó los dos litigios, pero en el caso de la tala de árboles, los particulares se inconformaron ante un tribunal colegiado que se declaró incompetente para atender el caso y retomaron la poda, a pesar de que el juez octavo de Distrito reconoció a la comunidad como dueña del territorio.
“Estuvimos la semana pasada en Chihuahua, con Semarnat, y nos dijeron que iban a la Ciudad de México para ver la situación y que iban a hablar con la autoridad federal para ver la vigencia de las guías forestales, pero hasta ahora no nos han dado respuesta”, señaló Luis Pérez.
Precisó que sólo dejan entrar automóviles pequeños, y hasta ahora sólo han tenido problemas con el conductor de un camión que les advirtió que pasaría a pesar de que se lo impidieran, y no lo logró.
“Todos los años hemos protestado, sólo que tenía dos años frenado por el gasoducto y el aeropuerto (…) Creemos que tenemos derecho a decidir libremente que no haya tala. Todos los años hemos cuidado el bosque, lo hemos cuidado de incendios, ¿por qué quieren talar sin consultar? Además son gente de fuera que no pertenece aquí. Si siguen talando, ya no va a llover, todo se desequilibra, el hábitat se afecta. Los venados, por ejemplo, ya se fueron a otra parte. Hemos visto muchos cambios desde que tumbaron los árboles para hacer el aeropuerto”, agregó el segundo gobernador, de 30 años.
SOPORTAN FRÍO Y NEVADAS
Teresa Enríquez Díaz, integrante de la comunidad, sostuvo que la semana pasada la tuvieron difícil porque pasaron mucho frío. “Nos nevó, hizo mucho frío, pero tenemos que aguantarnos porque estamos aquí plantados, porque han tumbado muchos pinos y se están llevando mucha madera, leña verde, y no nos están dejando nada. Estamos aquí y queremos que nos arreglen esto”.
Durante dos noches en las que hubo heladas, los manifestantes sólo se cubrieron con cobijas dentro de las pequeñas carpas que les proporcionaron personas que apoyan la protesta.
“Aquí estamos todo el día y toda la noche, unos se van y nos turnamos. Vienen muchos en la tarde porque tienen animales y tienen que cuidarlos en el día. Aquí a la gente le decimos (a los taladores) que no hay pasada, y uno nos dijo que iba a pasar a fuerzas, pero no pasó. Uno dijo que vivía en un rancho, pero no era cierto, luego vinieron unos que iban a cargar madera y nos dijeron que no valíamos nada, que por qué estábamos aquí. Les dijimos que somos indígenas, nacimos aquí, aquí nació toda esta gente, por eso estamos pidiendo al Gobierno que resuelva, que nos dé un papel que valga, porque ya está reconocido como nuestro territorio. Necesitamos papeles porque necesitamos defender nuestros derechos. Muchos andan preguntando por los papeles, queremos que venga la autoridad”, insistió Teresa Enríquez.
Previo a la manifestación, los talabosques alcanzaron a cortar decenas de árboles que se encuentran alrededor del plantón, les corre la trementina y las copas están en el suelo.
“Sentimos tristeza porque los animales ya no tienen dónde esconderse, dónde tener crías. Ellos crían en los árboles. En muchos bosques hacen sus nidos los conejitos y los venados no tienen dónde esconderse, los matan muy fácil. Pedimos al Gobierno que ya nos den papeles. Son tantos años y no nos dan nada, esto se descompone. Aquí vamos a estar hasta que venga la Semarnat”, advirtió la mujer.
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