Noticias Relacionadas:
Pasta de Conchos: Fue un “homicidio industrial” la tragedia de los mineros
Pasta de Conchos cuatro años después
{encode=”http://www.zocalo.com.mx/seccion/articulo/pasta-de-conchos-a-cuatro-anos-de-la-tragedia-familiares-siguen-clamando-ju” title=”Pasta de conchos a cuatro años de la tragedia; familiares siguen clamando justicia”}
Viudas de Pasta de Conchos van a Corte de EU
Recuerdan accidente en Pasta de Conchos
Obispo acusa a Lozano de corrupción en caso Pasta de Conchos
Exigen castigo a responsables por tragedia en Pasta de Conchos
Exigen solución a tragedia de Pasta de Conchos

Nueva Rosita, Coah. – El 19 de febrero del 2006 una explosión en la mina de carbón Pasta de Conchos dejó atrapados a 65 mineros, dos de ellos fueron rescatados sin vida, pero el resto continúa en las entrañas de la tierra a pesar de la imparable lucha que han realizado los deudos, la tragedia desató la indignación de los familiares, indignación que se transformó en una feroz lucha para exigir el rescate de sus seres queridos.

Fue un frío domingo cuando se corrió la voz en la región de que la mina 8 había explotado y que muchos mineros del turno de tercera habían quedado atrapados, lo primero que se vino a la mente fue la frase “ya están muertos”, luego de las situaciones similares que se han registrado en la Carbonífera.

Conforme iban pasando los días y las labores de rescate desistían poco a poco, iba saliendo a la luz todo un sinfín de irregularidades que se ponían de manifiesto, entre ellas las condiciones tan inseguras en las que se hacía trabajar a los mineros, como desde hace muchos años se hace, pero que le queda al minero si es la única fuente de trabajo que posee la Carbonífera.

El día 26 de febrero de 2006 se hizo oficial la muerte de los mineros, suspendiendo así la labor de rescate argumentado que había “un grave riesgo” si se continuaba, las condiciones para seguir con las labores de rescate pueden ser posibles, sin embargo IMMSA continuó negándose y diciendo que ya pagó los daños a las familias por los muertos, una cuantiosa cantidad que rebasó el millón de pesos.

Esto luego de que se declaró que era imposible el rescate, que los cuerpos habían sido desintegrados por la explosión que alcanzó temperaturas de más de 6,000 grados; que se había inundado la mina hasta la plancha a 600 metros de profundidad y que las altas emanaciones de gas grisú ponían en peligro la vida de los rescatistas, por lo que solamente dos cuerpos pudieron ser rescatados.

La tragedia se convirtió en un referente a nivel internacional, sacudiendo de pies a cabeza al Gobierno federal y con ello se concretó que las condiciones en las que trabajaban los mineros eran completamente inseguras y se etiquetó como responsable es Industrial Minera México bajo la protección del Gobierno federal, al principio un sinfín de sindicatos mineros y asociaciones estuvieron apoyando, pero con el tiempo todo fue quedando en el olvido.

LA COMPLICIDAD

Durante cuatro años, las familias se han enfrentado también a la complicidad del Gobierno federal que protege los intereses de Grupo México, actualmente Industrial Minera México se ha amparado para pagar menos de la mitad de las pensiones a las familias, además de negarse a continuar con el rescate de los mineros atrapados.

Es esto lo que ha orillado a las familias a que continúen su lucha por otro lado y aunque muchas ya se olvidaron de que sus esposos aún permanece bajo tierra, hay quienes siguen al pie del cañón, sin importar llevarse toda la vida hasta lograr su cometido pese al hostigamiento e intimidación que sufren por parte de la empresa y autoridades.

Exigiendo justicia contra los responsables se formó la organización Familia Pasta de Conchos, apoyados por la Pastoral Laboral y La otra campaña que en concordancia exige que se retire la concesión para operar la mina a la empresa responsable.

¿Y EL CULPABLE?

A cuatro años de la tragedia nada ha sido resuelto, no hay culpables para el Gobierno y son cada vez más las batallas perdidas de las viudas tras haberse vendido la planta lavadora, sin embargo los familiares continúan en lucha exigiendo justicia para obtener una sociedad bajo control de los trabajadores, ya que aseguran que sólo así pueden garantizar justicia para la clase trabajadora.

No es la primera vez que la región sufre este tipo de accidentes laborales; la gran diferencia es que en torno a esta tragedia existen muchas interrogantes y la indisposición por parte de la empresa Industrial Minera México y del Gobierno federal para rescatar los cuerpos.

Los familiares y diversas organizaciones exigen a la empresa el rescate de los cuerpos a fin de darles la sepultura de todo ser humano se merece, ante la negativa de la empresa y el Gobierno, las viudas han organizado y financiado, junto con la solidaridad, su propio rescate, que tampoco ha tenido frutos.

INICIAN EL RESCATE

Teresa Contreras, viuda del minero José Porfirio Cibrián, abrió las puertas de su hogar a este medio de comunicación para relatar lo que ha sido la lucha de 4 años, en ella declara que a pesar de lograr muchas cosas a medias, la lucha seguirá hasta el último minuto de su existencia.

La entrevistada relató que ante la reiterada negativa de la Secretaría del Trabajo y de Industrial Minera México para recuperar los cuerpos de los muertos en la mina Pasta de Conchos, por considerarla inexplorable, fue ignorada una vez más cuando, el pasado 28 de septiembre del 2008, siete personas, entre ellas tres viudas y el padre de uno de los trabajadores fallecidos, se adentraron 800 metros en la estructura minera.

“Se ha demostrado que Industrial Minera México, ha mentido para evitar que se profundice en los tiros de la mina, mientras que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social no sólo ha incumplido el compromiso de entregar los cuerpos a las familias, sino también impedido un peritaje que deslinde responsabilidades sobre la explosión”, comentó.

Cumpliendo su palabra de honor de ingresar a la mina, en demanda de justicia a su siempre ignorada petición de que se rescaten los cuerpos y con el propósito de demostrar que sí es posible la búsqueda, las viudas Rosa María Mejía, Tomasita Martínez y Claudia Escobar, así como Gilberto Ríos, padre de quien fue jefe de electricistas y quedó atrapado en el desplome de la mina, ingresaron a Pasta de Conchos acompañados por Daniel Cossío Ríos, integrante de la Sección 64 del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSRM), junto con Fernando Acosta y Cristina Martínez Pacheco, miembros de la organización La Otra Obrera.

LOS INTIMIDA

Ante esta determinación de los deudos que duró cerca de tres horas, la reacción de IMMSA fue intimidatoria y emitió un comunicado en el que destacó que no hay condiciones para el rescate, y que presentará denuncias por allanamiento y despojo, destacando que “descender unas cuantas docenas de metros no prueba nada y es fútil”, pero ir a los túneles a 180 metros de profundidad y a más de medio kilómetro “es jugarse la vida, aun para expertos bien equipados”.

A su vez, la STPS mencionó el dictamen y llamó “irresponsables” a quienes alientan a los familiares de los mineros a “aventuras sin fundamento”.

De acuerdo con la Secretaría del Trabajo, “las relaciones laborales en Pasta de Conchos fueron terminadas en noviembre de 2006, por lo que a esta dependencia ya no le corresponde atender los asuntos relacionados con la mina”.

Después de cumplirse 46 meses de la tragedia en la que murieron 65 mineros, la organización Familia Pasta de Conchos exigió a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y a la compañía minera industrial Minera México cumplir la recomendación que emitió la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en la que se pide rescatar los restos de los 63 trabajadores que aún permanecen en el interior de la mina, pero esto nunca se cumplió.

En esta carta se señalo claramente la responsabilidad de funcionarios de la Secretaría del Trabajo y de la empresa Minera México, quienes no se han hecho cargo del reclamo fundamental, que es el rescate de los 63 cuerpos, pero como cada uno de los logros de los deudos, son obstruidos por las autoridades federales.

Para conmemorar este cuarto aniversario, con la participación de 10 actores profesionales se creó una obra en la que se destaca; “la maldición de gobierno que tiene México, si cuyas autoridades se burlan de los deudos de los mineros, por qué no reírnos de las autoridades” y fue puesta en escena por Cristina Auebarach, representante de la Organización Familia Pasta de Conchos.

Los diablos tienen nombre y apellido, Germán Larrea, presidente de Grupo México; Javier Lozano, secretario de Trabajo; Felipe Calderón, presidente de la república, y los inspectores de la Secretaría de Trabajo.

Es así como los actores dan vida a los mineros y esposas de mineros que al final de la ficción logran rescatar los cuerpos de sus seres caídos que, contrario a la vida real, no se cumple y siguen luchando por la justicia.