Vida
Por EFE
Publicado el viernes, 19 de febrero del 2021 a las 07:19
Madrid.- La certeza sobre la existencia de vida en Marte llegará después de “mucho tiempo y debate”, de “largas y durísimas discusiones” que incluso pueden durar años, ha afirmado el profesor Fernando Rull, responsable del sistema de calibración de la sonda espacial Perseverance.
Un día después de la llegada con éxito al planeta rojo del Perseverance, tras un viaje de siete meses, Rull ha comparecido en una rueda de prensa para explicar la participación del grupo de investigación que dirige en la Universidad de Valladolid (UVa) (norte) dentro de esa misión espacial de la NASA.
“Llevará mucho tiempo y debate, largas y durísimas discusiones saber si una muestra recogida es fruto o no de una actividad biológica. No habrá una noticia científica en mucho tiempo, incluso durará años”, ha manifestado sobre la complejidad que entraña el análisis de un compuesto surgido hace millones de años.
Cuando un ser vivo, una bacteria o un hongo produce determinados compuestos químicos, “esto por sí solo no es fehaciente de una actividad biológica” que sí sería inequívoca en el caso de “pillar in situ al bicho” en esa labor, pero después de millones de años “es muy difícil saber si el compuesto viene de un proceso físico-químico o de una actividad biológica”, ha insistido en clave divulgativa.
El Perseverance, un rover se seis ruedas y tres metros de largo, lleva sujeto en un mástil un instrumento denominado Supercam que consta de varios espectómetros (emisores de la luz que aportarán información) diseñados por la NASA.
La óptica y el láser de esa Supercam han sido proyectados en Toulouse (Francia), mientras que la calibración, tanto la técnica como la cruzada, ha sido responsabilidad del equipo de investigación que dirige el profesor Fernando Rull en la universidad española.
Una vez en Marte, el Perseverance desarrollará una intensa labor durante los primeros tres meses, con especial énfasis en las tres primeras semanas durante las cuales se comprobará el estado y eficacia de instrumental antes de comenzar los trabajos de movimiento en superficie, a mediados de marzo.
En función de los datos que se reciban día a día a través de las diferentes líneas de comandos de ejecución automática, “los científicos planificarán lo que se debe hacer a largo plazo, lo que se debe explorar”, ha precisado Rull sobre una sonda espacial que tiene una vida útil de al menos un año, aunque en ocasiones “vive y sobrevive durante periodos muy largos”, ha subrayado.
La “extraordinaria complejidad” tecnológica de la Supercamp realiza, por otra parte, una labor muy simple como es la de conocer la composición química y mineralógica de los materiales con la proyección de un láser pulsado que ofrece información muy precisa de todo ello, ha agregado.
Esta cámara va contribuir a la búsqueda de materiales cuidadosamente seleccionados para su posible retorno a la Tierra en un futuro, “cuando exista la posibilidad de misiones de retorno” que en la actualidad no se pueden dar, ya que todo el material enviado a Marte en esta misión se quedará allí.
En todo este trabajo, la Supercamp necesita una calibración adecuada de la que se ha encargado el profesor Rull y su equipo en la sede de la Unidad Asociada UVa-CSIC al Centro de Astrobiología situado en el Parque Tecnológico de Castilla y León, en Boecillo (Valladolid) (norte), desde donde este pasado jueves siguieron el aterrizaje del Perseverance en el planeta rojo.
Por su parte, el rector de la UVa, Antonio Largo, además de su orgullo y satisfacción por la contribución de esta institución académica a un “hito histórico en la ciencia y tecnología mundiales”.
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