Saltillo|Monclova|Piedras Negras|Acuña|Carbonífera|TorreónEdición Impresa
¡Plata para México en Paralímpicos! Haidee Aceves suma segunda presea Detienen a 23 integrantes de célula criminal entre Saltillo y Monterrey; pretendían cobrar derecho de piso Muere en celda municipal un detenido; FGE investiga Pepe Aguilar confiesa que pagó toda la boda de Ángela Aguilar y Christian Nodal ‘no quería’ ¡Va por el Oro! Luis Nájera avanza a la final en Para Taekwondo K44 80kg

Zócalo

|

Clasificados

|

Información

< Clasificados

Clasificados

Padre Marcial Maciel, un perfil criminal

Por Lourdes de Koster

Publicado el viernes, 13 de febrero del 2009 a las 15:50


El Papa Juan Pablo II dijo que en el sacerdocio no hay lugar para los hombres que abusaran de los jóvene

Entrevista con una de sus víctimas
¿Cómo restaurar un joven corazón
decepcionado de la vida que había
elegido estar dentro de la Iglesia?

México, D.F.- El Papa Juan Pablo II dijo que en el sacerdocio no hay lugar para los hombres que abusaran de los jóvenes y sin embargo, protegió durante años al fundador de la orden católica, “Los Legionarios de Cristo”: el padre Marcial Maciel.

Uno de los sacerdotes más poderosos en el Vaticano, el padre Maciel, fue acusado de atentar sexualmente contra al menos unos 30 adolescentes, durante más de una década marcada por el silencio y la obediencia en Dios. Hoy son prelados o ex seminaristas que finalmente abandonaron los hábitos.

A un año de su muerte, la justicia parece no existir para quienes ahora revelan historias que ponen en duda el celibato y la pulcritud de una Iglesia iniciada por San Pedro Apóstol hace más de 2 mil años.

El corazón del cristianismo parece traspasado por el pecado, por el egoísmo, por el engaño del sacerdote Marcial Maciel. La ambición de poder y de mantener a toda costa la amistad con el Santo Padre, lo llevó a tener la congregación más acaudalada ante el Estado Vaticano. Los Legionarios de Cristo operaban anualmente presupuestos de hasta 650 millones de dólares. Algunos críticos aseguraban que se trataba de un culto en búsqueda constante de dinero.

Por muchos años el Vaticano ignoró las acusaciones hechas contra Maciel. Finalmente fue el 23 de febrero de 1997, una publicación en el periódico “The Halford Cuorant” ventiló el asunto que obligó a la Santa Sede, en Roma, a retomar el caso.

DOLOR EN UN TESTIMONIO

José Barba Martín, es una de las víctimas y actualmente imparte la clase de lingüística histórica, filología y literaturas romances en el Instituto Tecnológico Autónomo de México.

Domina siete idiomas y desde hace 20 años es profesor investigador y se considera experto en temas como el pensamiento político, historia, filosofía y temas de religión. Ingresó a la Legión de Cristo cuando tenía 12 años. A los 26 se retiró, y obtuvo su doctorado en Literatura Latinoamericana, en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.

Se considera un hombre creyente en Cristo, pero defraudado del secerdocio, y por supuesto, de la Iglesia.

Afirma que al iniciarse en el seminario, en la congregación liderada por el padre Maciel, sentía el llamado de Dios para ser sacerdote y seguir el ejemplo del fundador de los legionarios.

Narrar el abuso de Maciel lo pone triste y se nota en su cara mientras da un sorbo al vaso con vino tinto que ordenó durante la cena, en la que concedió la entrevista en un restaurante de la avenida Insurgentes, en la Ciudad de México.

Dice que en verdad creía en Maciel, en que era un santo viviente. En el ideal a seguir, que en Maciel no había pecado.

José Barba recuerda que acababa de terminar la primaria cuando ingresó al colegio quinta Pachelli, en Tlalpan, en el Estado de México.

Ahí mismo estudiaba un primo. Era un plantel fascinante, con canchas deportivas, alberca, teatro, jardines, boliche, frontenis, campo de tiro y caballerizas. Había disciplina, materias tradicionales, además del latín y el griego.

A los 14 años, Barba Martín viajó en barco con otro grupo de legionarios, a Santander, en España, donde se encontrarían por primera vez con Marcial Maciel. “Éramos tan ingenuos, idealistas, queríamos llegar al sacerdocio… llegamos a una ciudad verdaderamente idílica, en España, de una geografía privilegiada y yo sólo conocía a Maciel de vista… ni imaginar que habría problemas”.

El también padre de familia y abuelo, quiebra la voz cuando vuelve al lugar donde Maciel lo masturbó a la fuerza hasta alcanzar el orgasmo. Todo cambió en febrero de 1953. “En Salamanca fuimos a poner la primera piedra del Colegio de Salamanca, pues no se puso la primera piedra, pero sí hicimos el viaje”.

EL PECADO BAJO LA SOTANA

-¿Qué ocurrió durante esa visita?-

“Me pidió que del grupo, que éramos cuatro, fuéramos allá con él, en lugar de ir a misa. Fue cuando empezó con la idea de que me fuera a Roma, antes de tiempo. ¿Yo viajar? Dije, estaba contento con mis compañeros, que quería seguir el tiempo necesario en España. Él me dijo que había un compañero José Luis Fernández, que sería un ejemplo para mí.

“En agosto, Maciel me preguntó si me gustaban las mujeres o los hombres, yo le dije que por supuesto las mujeres. Eso me empezó a incomodar.

“Después en el sur de Francia, me fue dejando al final al distribuir las habitaciones del hotel. No le llame la atención que recuerde muchas cosas (me aclara), porque tener tantas entrevistas, reafirma la memoria”.

-¿Cómo le cambió la vida el encuentro con Maciel?-

“Me fui muy ilusionado a Roma, llegué un sábado, en 1954. El abusó de mí, hice una rabieta, me hizo mucho daño.

“Me masturbó de una manera muy violenta, contra mi voluntad. Me pidió que volviera, que tenía que regresar, pero lo que noté por primera vez, fue una actitud completamente desacorde. Salimos de la enfermería, donde me hizo todo eso, frente al padre Félix Alarcón, estudiante de filosofía.

“Me engañó diciendo que él tenía permiso para llamar a los estudiantes a la enfermería. Marcial Maciel me dijo que las religiosas eran las que le daban masajes porque estaba enfermo, me pidió que le diera masaje en su miembro, yo era un tontito. Dese cuenta de que éramos muchachos muy inocentes, en esa época éramos muchachos sanos, no había televisión, éramos de familias muy católicas, era mucha obediencia.

“Yo no pude pensar en ¿porqué no llama a las monjitas? Maciel lo presentaba como una enfermedad. Pero cuando él vio que yo sentía repulsión hacia eso, Maciel se enojó conmigo, me echó la mano fuera de las sábanas, pero obviamente tuve que darme cuenta… su miembro estaba excitado, no era posible, pero yo no podía relacionar las cosas”.

“Él tenía una enorme autoridad moral y era inconcebible pensar en algo malo… un Sábado Santo me llevó a la enfermería con el pretexto de que se sentía mal, tenía que obedecer, estábamos solos y a miles de kilómetros de nuestros padres, no podíamos pedir consejo a nadie”.

MACIEL: EL PECADO BAJO LA SOTANA

» El padre Marcial Maciel Degollado, nació en Cojita, Michoacán el 10 de marzo de 1920 y murió el Estados Unidos, el 30 de enero de 2008, a los 87 años de edad. Fue hijo de Francisco Maciel y Maurira Degollado, siendo la madre de Maciel, quien se encuentra actualmente en proceso de beatificación. Su tío, Rafael Guízar y Valencia, es santo venerado por la Iglesia Católica.

» Los años de su infancia transcurrieron en una crisis social y religiosa en la década de 1920. En esa época se habla del martirio de numerosos cristianos, lo que marcaría para siempre la vida de Marcial Maciel. Los alzamientos cristeros amenazaban la religiosidad en Cojita, por lo que cuando Marcial tenía siete años, fue llevado a Zamora, en Michoacán, para que recibiera su primera comunión en forma clandestina.

» Cuando acababa de completar los 15 años de edad, Marcial Maciel se fue a la Ciudad de México, al seminario que dirigía su tío Rafael Guízar, que operaba de manera ilegal, debido al ambiente que predominaba en ese tiempo. Se dice que el seminarista experimentó el llamado de Cristo, mientras hacía oración, frente a un sagrario, para que reuniera a un grupo de jóvenes para transmitir el amor de Cristo por la humanidad.

» Luego de esa idea, el 3 de enero de 1941 fundó Los Misioneros de Cristo y la Virgen de los Dolores, congregación que luego recibiría el nombre de Los Legionarios de Cristo, a partir de 1951.

» El 26 de noviembre de 1944, Maciel fue ordenado sacerdote, en la Basílica de Guadalupe, en México. Siendo sacerdote se trasladó a España con el primer grupo de jóvenes que estudiarían en la Universidad Pontificia de Comillas.

» El Papa Pío XII en 1946 dio la bendición a la agrupación y cuatro años después, Maciel instauró el Centro de Estudios Superiores de la Legión de Cristo, lo que marcaba el inicio de la acumulación de poder y riqueza de las instituciones como los colegios y universidades Cumbres, Alpes, etcétera, que promueven ideales del controvertido sacerdote Maciel.

» Fue añadiendo planteles para instrucción básica y media superior, principalmente, en países como Argentina, Austria, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Estados Unidos, Italia, Irlanda y México, por citar algunos. Donde se incluyen temas como catecismo y formación de misioneros, que tratan de llevar la palabra de Dios y beneficios a favor de de los que menos tienen.

» Maciel fue cercano al Papa Juan Pablo II, que en varias ocasiones se refirió a la Legión, como un ejemplo para la juventud. Una prueba del reconocimiento de su Santidad hacia el trabajo de Maciel, fue la ordenación de 60 nuevos sacerdotes legionarios, en la Basílica de San Pedro, el 3 de enero de 1991.

» Fue tal la admiración por el trabajo de Maciel, que en 1994, cuando el fundador de los Legionarios completaba 50 años de vida sacerdotal, el Santo Padre envió una emotiva carta, que fue leída durante la celebración de la Eucarística.

» En mayo de 2006, se confirmó que el papa Benedicto XVI había ordenado a Maciel se retirara a la vida de oración y penitencia, prohibiéndole el ejercicio del sacerdocio tras las acusaciones de haber abusado sexualmente de seminaristas.

» Murió dos años después, a los 87 años, en medio de estas acusaciones de pederastia. Nunca recibió un castigo judicial por estos delitos, pues al menos ocho ex legionarios habían presentado sus escritos ante la Santa Sede, donde los fiscales encargados de llevar el caso, concluyeron que por la avanzada edad de Maciel, habían decidido no iniciar un proceso canónico de gran escala. Lo que para los involucrados en la queja, no deja de ser un compromiso de fidelidad al Papa y a la Iglesia.

LAS FRASES

“Maciel me preguntó si me gustaban las mujeres o los hombres, yo le dije que por supuesto las mujeres. Eso me empezó a incomodar”.

“Me masturbó de una manera muy violenta, contra mi voluntad. Me pidió que volviera, que tenía que regresar…”.

José Barba Martín
Doctor, ex legionario de Cristo

Investigación Especial
Lourdes de Koster

El lado oscuro de la Iglesia: “Destruyó Maciel cientos de vidas”
Padre Marcial Maciel, un perfil criminal

NOTICIAS RELACIONADAS

Iglesia no solapó al padre Marcial Maciel: Episcopado
El padre Maciel
Marcial Maciel destruyó la vida de muchos niños
Crónica: Marcial Maciel, “con una mano los vejaba y con la otra los absolvía”
‘Conmociona a Legionarios doble vida de Maciel’: ex legionario
Fallas en la iglesia católica: Los amores del sacerdote Maciel
Marcial Maciel, ahora dará cuentas a Dios

COLUMNAS RELACIONADAS

Astillero: Y, de pronto…
Por Julio Hernández

Palacio Rosa: Se le acabará el sexenio
Por El Marqués

Marcial Maciel, dinero y perversión
Por Manú Dornbierer

Plaza Pública: Maciel: Conducta impropia
Por Miguel Angel Granados Chapa

Astillero: Renglones (re)torcidos
Por Julio Hernández

De Política y Cosas Peores: La doble vida de Maciel
Por Catón

Notas Relacionadas

Rinden homenaje a Julieta Carabaza por 33 años de servicio en la UAdeC

Hace 14 horas

Reconoce Gobierno de Coahuila a ‘Jóvenes Gigantes’

Hace 16 horas

Más sobre esta sección Más en Clasificados