México, DF.- Entre los países emergentes más importantes, México es el más rezagado en abatir la desigualdad y la pobreza, de acuerdo con datos del Banco Mundial (BM).

Por ejemplo, en Rusia el porcentaje de población en pobreza pasó de 35% a 21% entre 1995 y 2010; en India, de 45 a 30%; y en México de 52 a 51%.

Hasta que México no reduzca las brechas de desigualdad en ingresos y logre generar un mejor sistema de redistribución de los ingresos no habrá manera de consolidar un crecimiento económico sostenido, coinciden especialistas.

Fernando Cardoso, quien fuera presidente de Brasil entre 1995 y 2002, explicó en una conferencia la semana pasada, en el Tecnológico de Monterrey campus Ciudad de México, que si bien es cierto que todos los países emergentes tienen problemas serios de distribución y eficiencia en gasto, Brasil, Rusia y China han hecho avances considerables en reducir las disparidades.

“En algunos años los países emergentes han hecho grandes avances en reducción de la pobreza y cierto, aún tienen que hacer mucho más pero es notable el camino logrado”, explicó el ex funcionario brasileño.

Parte de la estrategia que han logrado estas economías emergentes ha sido impulsar a una clase media que es más sólida y a su vez se encuentra más estable y funciona como motor de la economía interna.

Al mismo tiempo, esta estabilidad al interior los ha colocado como nuevos agentes de la política exterior contemporánea, al estar ahora en posiciones de toma de poder en el sistema financiero internacional, como cuando se pidió a China participar en el rescate europeo o que Brasil tuviera más peso en las votaciones del FMI.

En contraste, México tiene problemas para solidificar su clase media porque el gasto público no actúa de manera completamente eficiente, explicó Juan Sherwell, director de la EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.

“México tiene un gasto corriente muy elevado; la mayor parte se va a sueldos y salarios y muy poco es destinado a capital, o sea obra pública o servicios públicos, además que la población no está dispuesta a pagar más impuestos porque saben que su dinero está siendo mal utilizado”, indicó este académico.

El gasto en el país se ha concentrado en resolver problemas que requieren una solución inmediata, pero no en condiciones estructurales, por lo que los impuestos que se recaudan en México tampoco están eficientemente dirigidos.