Región Centro, Coah.- Desabasto de medicamentos, falta de ambulancias y con médicos que ganan un salario de sólo mil 200 pesos por quincena, es la miserable situación que impera en los centros de salud rurales de la Región Centro de Coahuila.

Aunado a esto, la inseguridad es otra característica que permea en las comunidades o municipios más pequeños donde se instalan estos centros de salud, pues aunque no se ha confirmado la hipótesis, se cree que a consecuencia de la inseguridad los centros han cambiado sus horarios para operar, sólo ocho y no las 24 horas como hasta hace tiempo lo hacían.

“La doctora adscrita al ejido Primero de Mayo fue atacada por un paciente, afortunadamente el hecho no pasó a mayores”, expresó Ricardo Guerrero, quien también es uno de los médicos adscritos al Centro de Salud del ejido Primero de Mayo, comunidad que hace las veces de cabecera municipal de Escobedo.

Latente riesgo en los ejidos

Como el resto de médicos de Centros de Salud rurales, el doctor Ricardo Guerrero opera bajo la plaza “A”, es decir, de 7 a 3 de la tarde, pues la plaza “C” de 24 horas ya no se está aplicando.

Las emergencias, consultas y todo lo relacionado al sistema de salud se atiende en este lapso, fuera de eso, los habitantes tienen qué trasladarse al más cercano, generalmente a una hora o más de Monclova.

Señala que el riesgo siempre es latente, la diferencia está en las carencias de medicamentos e infraestructura.

“El problema no es con los médicos, es una carrera casi altruista, la verdad es que nos pagan muy mal, las prestaciones son muy pocas para el trabajo que tenemos que hacer; en los Centros de Salud a veces no hay ni agua, no están acondicionados, pero la población exige un médico las 24 horas”, dijo.

Señaló que los sueldos para la plaza “A” son de mil pesos a la quincena “por siete años de estudio” y cuando son plazas de 24 horas “son como 4 mil al mes, pero además se quedan ahí, sin embargo la inseguridad tampoco está muy bien”.
Aunado al salario, las carencias de los Centros de Salud salen a flote.

“Estamos trabajando con muchas carencias y eso hace que la gente se moleste, a veces tenemos qué hacer ‘mexicanadas’, improvisar, las poblaciones más marginadas son las que pagan”.

“En caso de que llegue una urgencia, por ejemplo, digamos que una persona que se cortó en un accidente de trabajo, está sangrando demasiado, tengo qué ponerle líquidos porque se me va a desangrar, peor no tengo catéter, no tengo soluciones, no tengo ningún medicamento inyectado, qué voy a hacer… hacer inventos ‘chinos’, controlar lo más que pueda y moverlo lo más rápido que se pueda, pero tampoco hay ambulancia y el trasladarlo por tu cuenta también hay riesgo de perder la cédula si algo sale mal”, reflexionó.

En cuestión de medicamentos la situación es igual, el desabasto de fármacos y antibióticos, incluso pone a los médicos en un dilema al atender a los pacientes al escoger a quién aplicarlos.

Señala que el medicamento incluso llega incompleto, pues no alcanza para dar a todos la dosis requerida.