Castaños, Coah.- El permanecer en una silla de ruedas durante su vida, no le ha limitado para salir adelante como ama de casa, mujer, esposa y madre, al contrario, la motivó y la ha llevado a superar obstáculos, pese a las limitaciones que en muchos casos la sociedad impone a las personas con discapacidad

“Lo único que no tiene solución es la muerte”, reitera con una sonrisa y agradece a Dios por darle la dicha de ser madre y encontrar una pareja con la que ha formado una familia.

El dejar en claro que no hay imposibles, convierte a Wendy Yuvisela Mata Tovar, de 35 años de edad, habitante de la colonia Independencia Sur, en un gran ejemplo de superación y con ello se le otorga el título de Mamá Fuera de Serie, por parte del DIF Estatal.

SU DISCAPACIDAD

“Yo nací así, mi discapacidad se llama meningocele, ya que no desarrollé mis piernas de manera normal como cualquier otro bebé, nací con una bola en la espina dorsal, mis papás me dijeron que si no me hubieran operado esta bolita seguramente habría muerto”, dijo.

“A pesar de todo estaba en riesgo mi vida en la operación, de no practicármela, el líquido que tenía en la espalda corría el riesgo de subir al cerebro y si esto pasaba, moriría; el médico les explicó que no podría caminar por el resto de mi vida, pero gracias a Dios la cirugía salió bien y sigo viva”, expone.

Recuerda que desde ese momento supo que viviría atada a una silla de ruedas o en su caso al uso de muletas, pero esto no fue impedimento para seguir luchando, al grado que llegó a cursar la primaria, lamentablemente no alcanzó a terminar la secundaria.

“Mi papá nunca me dejaba, me cargaba en su espalda, era su prioridad, nunca me dejaron sola, nunca se avergonzaron de mí, iba con ellos hasta a las bodas y fiestas familiares, ya a mis 14 años estaba en silla de ruedas, o bien gateando, antes de usar muletas, pero nada venció mi sueño de salir adelante como mujer”, platica mientras ve el reloj.

“Tenía mis pies encogidos, no caminaba, no tenía fuerza, hasta los 15 años empecé a caminar apoyada con las muletas, pero la vida me cambió, mis padres me dieron la libertad, fui libre, me dieron su confianza y así hice mi vida socialmente en fiestas y bailes”, expuso.

Comenta que conoció a su pareja, Pablo Hernández, en un baile, “duramos casi tres años de novios, nos juntamos, no nos casamos, estamos en unión libre y tenemos a la fecha 13 años de vivir juntos, me ha ido bien, hay diferencias pero puede más el entendimiento; dice que nunca me dejará sola, esta silla de ruedas no me ha limitado para ser feliz”, precisó.

SU VIDA PERSONAL

“Tengo ya 13 años viviendo con mi pareja en unión libre, tenemos un hijo de 10 años y la vida no ha sido fácil, pero he logrado vencer obstáculos a lo largo del camino”, comenta.

“En un principio era difícil para mí, porque la silla de ruedas que tenía era de llantas rellenas y las piedras de las calles por donde transitaba hacían que se me atorara y me imposibilitara continuar el recorrido, pero esto no me detenía”, explica.

Recuerda que en ocasiones tenía que ir a la tienda a realizar las compras para la comida y las bolsas se le caían por lo difícil del acceso hacia su casa.

“Gracias a Juan Soto, que es parte de Gruperdis, (Grupo de Personas con alguna Discapacidad), él subió mi caso a Facebook, logrando que me obsequiaran una silla de ruedas eléctrica, dejando la silla manual”.

“La silla que traigo me la regaló un primo y me permite moverme rápido, ya la sé manejar y me facilita mucho las cosas en la casa, voy al Centro en ella, a mi colonia, barro la calle de la casa, y la mantengo limpia”.

Manifestó que su caso ha servido de ejemplo para personas que se encuentran postradas en la cama, que han sufrido amputación de una pierna o pie, lo que las limita a seguir su camino.

“Entran en depresión cuando les cortan alguna de sus extremidades y piensan que el mundo se acaba, empiezan a perder las ganas de ser lo que fueron, a dejarse morir encerrados en sus cuartos y ésta no es la razón”, añadió.

“Al pasito hago la cosas, cuando no puedo, mi esposo Pablo Hernández la hace”.

“Él me dice ‘las cosas que tú no puedas hacer yo las hago’, tiene limpia la casa, el patio, el frente, lo que me hace una mujer amada, porque a pesar de todo lo que pase, sigue a mi lado, está orgulloso de seguir conmigo, pese a las discrepancias que pudiéramos tener, como cualquier otra pareja”, expuso.

SU ELECCIÓN

“Para mí es un gran orgullo ser considerada Mamá Fuera de Serie en el municipio, y que vean las personas que pese a la discapacidad, no hay imposibles, que no se depriman, que siempre hay una solución y una mano amiga que tienes para salir adelante, sí se puede caminar juntos”, nos platica mientras lleva a cabo los quehaceres del hogar.

“Mi madre me ponía los trastes, el agua, me subía a una silla y yo los lavaba, igual, trapeaba la casa pese a mi discapacidad inferior, no me limitaba nada para que el piso estuviera limpio, trapeaba sentada en el piso, mi madre fue una gran guerrera, me enseñó que no había que dar lástima o estar esperanzada a que la gente me ayudara”, explicó.

Agregó, con el llanto que amenazaba brotar en su rostro, que esto es un gran agradecimiento a su madre que nunca la hizo ver como una persona inútil, al contrario, la hizo valerse por sí misma, lo que le ha permitido que la madre de su esposo la valore por lo que ha hecho en su vida y como pareja.
“Me siento orgullosa de mí misma y de mis logros, ser madre pese a todo, ama de casa y una mujer excepcional”, precisó.

“Me dice mi cuñado que va a poner escalones en la casa de mi hermana para que ya no los visite, para que ya no vaya, y le respondo ‘me brinco como sea’, porque no hay obstáculos en la vida, como sea pero entro, no hay imposibles, todo se puede superar”, recalcó.