Nacional
Por El Universal
Publicado el viernes, 25 de septiembre del 2020 a las 13:08
Ciudad de México.- A pesar de la pandemia por Covid-19, distintos negocios han creado protocolos de sanidad para seguir laborando. “Mi Último beso” es una empresa en la Ciudad de México dedicada al entretenimiento para adultos a domicilio desde hace siete años y tras dar a conocer su nueva forma de trabajar al adoptar un protocolo de limpieza y desinfección de los lugares donde se presentan, han atraído la atención del público.
“Acondicionamos el espectáculo para que no tuvieran que salir de su casa y tratamos de hacer un protocolo sanitario muy estricto; estamos en contacto con las chicas y al pendiente de su salud. Somos pocas personas por las medidas. Medimos los metros donde se van presentar y todos nos tomamos la temperatura para que el cliente vea que es recíproco el cuidado. Somos una empresa que busca renovarse y mantenerse. Lo que hacemos es ver cómo sobrevivir”, dice Valente Estrada, quien dirige El Table a tu Casa.
“Mi idea es ir a domicilio presentando un espectáculo de gama bien hecho. Está enfocado en ser como un cabaret móvil, pero se le puso el nombre de “Table a tu casa”. También hacemos despedida de solteros y solteras. Tú eliges la modalidad del show y si hay o no desnudo total, acompañado de luces y sonido”. Antes de la pandemia, “Mi último beso” realizaba cerca de 35 presentaciones al mes, pero ahora, en un mes han hecho 10 presentaciones y en ellas han tenido que sumar el protocolo de sanidad. “Nos quitamos todo, menos el cubrebocas”, comenta Luna, bailarina de Table a tu casa.
A pesar de que “Mi último beso” tiene varios años operando de esta manera; en marzo, los centros nocturnos de diversas partes de la república que contaban con mujeres bailarinas tuvieron que cerrar por la emergencia sanitaria y algunos vieron en las redes sociales la oportunidad de mudarse de lo físico a lo virtual o de anunciar servicios a domicilio.
Para inicios del mes de abril, se iniciaron investigaciones por posibles casos de explotación de mujeres y diversas formas de violencia, al hallar que se ofertaba mediante flyers difundidos a través de redes sociales y mensajes de WhatsApp, servicios de entretenimiento para adultos. Algunos sitios hacían énfasis en los paquetes a adquirir donde las jóvenes podían presentar topless o desnudo total.
Asociaciones defensoras de derechos y feministas abolicionistas, exigieron a las autoridades competentes que se investigue a los centros nocturnos y negocios que ofrecen servicios de ‘table dance’ a domicilio, haciendo hincapié en Tlaxcala, donde fueron detectadas actividades de sitios que han sumado denuncias por trata de personas y explotación sexual en la entidad.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) se pronunció al respecto y mencionó que esta situación “atenta no solamente contra el derecho a la salud, sino por discriminación y posible trata de personas con fines de explotación sexual”. La CNDH también señaló la obligación y necesidad de instrumentar acciones a favor de las personas que enfrentan violencia en cualquiera de sus formas, en particular las mujeres y niñas.
“Yo siempre digo que el show debe continuar y es necesario hacerlo ahora para generar empleos”, dice Valente. “El problema aquí es que la gente está mal informada y el tema está un poquito distorsionado. Nosotros no somos el giro negro que se transformó. Nosotros tratamos de hacer las cosas por la derecha. Tratamos de generar empleos y tenemos como garantía la seguridad y la responsabilidad de que estamos haciendo las cosas correctamente y hemos tenido que defender el espectáculo para adultos que se basa en el baile erótico y disciplinas”. Luna, como prefiere ser llamada, lleva un año como bailarina en “Mi Último Beso”. Es originaria de Chihuahua e inició como modelo en una ExpoSexo. Ahora divide su tiempo entre su trabajo y sus estudios de enfermería en la Ciudad de México.
“Ser bailarinas no es nuestra mejor opción, ni la más fácil; tampoco es porque no tengamos nada que hacer o qué estudiar, somos mujeres que no solamente nos dedicamos al baile, la mayoría somos profesionistas o amas de casa. No es tan fácil como pareciera; todas tenemos un paso más a seguir en la vida profesional o familiar y esto nos ayuda. No es lo único, ni el fin, pero es parte de nuestra vida” .
A Luna le gustó el baile desde temprana edad, desde pop, merengue hasta reguetón. “Bailar siempre ha estado ahí y siempre me ha sacado adelante; me ha abierto muchas puertas y me permite mostrar quien soy”. Conoció a Valente por medio de una amiga y decidió trabajar con él para poder solventar los gastos de su carrera y su vida personal.
“Nada tiene que ver nuestro trabajo con el trabajo sexual. Lo nuestro es artístico, un espectáculo. No por llevar la palabra erótico o sensual significa que va a terminar en un acto sexual. Todo se maneja bajo contrato, tanto el personal como el que contrata sabe que es lo que va a recibir para evitar malinterpretaciones. En el espectáculo participan bailarinas, comediantes y animadores. Hay explotación y trata pero no en este negocio”.
El fundador de “Mi Último beso” se considera nostálgico de la época de oro y de la vida nocturna del México de Cabarets. Inició como payaso, cantante y actor y fue transformando e incorporando lo que buscaba presentar en un espectáculo, hasta que llegó al entretenimiento para adultos. Ahora trabaja con 30 mujeres y 20 hombres
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