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‘No quería matarlo, sólo darle un susto…’

Por Redacción

Publicado el miércoles, 29 de marzo del 2017 a las 10:00


En la casa de don Brígido ya sólo vive el recuerdo de las constantes agresiones de su hijo ‘Milo’

Frontera, Coah.- Sólo quería darle un susto a su hijo, estaba cansado de los golpes que sufría constantemente.

Brígido Salomón, de 84 años de edad y vecino de la colonia Borja, estaba harto de la violencia que sufría por parte de su hijo Hermilo, de 43 años, quien se drogaba e ingería bebidas embriagantes.

Varios golpes se escucharon antes del disparo que aquel fatídico sábado 25 de marzo le dio Don Brígido a su vástago. Cuando los familiares salieron a ver “Milo” estaba en el suelo y don Brígido frente a él, en estado de shock, sin poder hablar.

Jordano García, esposo de la nieta, habló al 911 para solicitar la ayuda.

El día que sepultaron a ‘Milo’, como padre quiso ir a despedirlo, pero sus hijos no se lo permitieron por su avanzada edad y porque padece de diabetes.

Después que quedó en libertad mientras se recaban las evidencias, Don Brígido fue recogido por sus hijos en la colonia Hipódromo o Las Flores para evitar malos recuerdos en la vivienda marcada con el número 202 de la calle Hipódromo de la Borja.

No era la primera vez que ‘Milo’ golpeaba a su papá, sus familiares eran testigos de los abusos que sufría, pero seguían viviendo juntos.

“Mi cuñado me comentó que ‘Milo’ lo había golpeado, andaba loco, creo que le había quebrado las costillas con el bastón del abuelo de mi esposa, su hijo le agredía y la hermana de mi suegra venía a tranquilizarlo y a calmar la situación, pero ya lo tenía cansado a su padre”, mencionó.

La familia Salomón apoya a don Brígido, pues él sólo se defendió de las agresiones de su hijo.

La casa de color verde sigue acordonada, no hay gente adentro. Una tina llena de botes de cerveza y botellas de vino son las evidencias para dar credibilidad que ‘Milo’ siempre estaba bajo los influjos del alcohol.

Frustración y dolor mata el amor en una familia

El psicólogo especialista en terapia Gestalt, Jesús González Alanís, calificó como un hecho lamentable el homicidio cometido por un adulto mayor en contra de su propio hijo, presuntamente porque estaba cansado de ser agredido; dijo que por fortuna son casos aislados que son resultado de factores como la descomposición social, la violencia familiar, la falta de valores, de atención y de la crianza de los hijos en la infancia.

“En el caso del papá que le quitó la vida a su hijo, yo no quiero decir que alguien sea más culpable que otro, pero se puede pensar que había un entorno familiar que no fue favorable para las buenas relaciones, para cultivar los valores y en momentos de ira, de enojo extremo hay algo que va más allá de la voluntad de las personas”, comentó el especialista.

“El estado emocional primitivo es aquel que cuando la violencia es tal que me siento agredido y respondo a esa violencia, ya no respondo desde mis valores, desde mi estructura social, respondo desde una parte muy primitiva, casi animal donde la respuesta es completamente emocional y la agresión sobrepasa mi raciocinio”, explicó.

Abundó que el hecho de que un padre mate a su propio hijo es un caso de excepción muy lamentable que tiene que ver con el proceso de crianza y falta de integración en la familia.

“Puede ser que no pudieron encontrar el camino adecuado para ser una familia productiva, armoniosa y feliz que termina como sabemos quitándole la vida al hijo, lo que además es un dolor emocional que la persona nunca se podrá quitar”, señala.

“Conocí aquí en Monclova un caso en 1975 en el que por conflictos familiares una señora en estado emocional difícil, en un arranque de locura diría yo, con un rifle mató a sus tres hijos y luego se mató ella”, dijo.

“En Psiquiatría hay un concepto que se llama arresto masivo de las emociones, donde es tanta la frustración, el coraje, el dolor, que la parte del cerebro que tiene que ver con el control social se inhibe y aparecen solamente las emociones primitivas, es donde la persona es capaz de hacer las mayores barbaridades del mundo como matar a su hijo”, señaló.

El especialista en terapia Gestalt consideró que es importante que las personas desde el momento en que sientan que su vida está siendo frustrante, que no están satisfechos con lo vivido, busquen alternativas.

“Puede ser con un grupo de autoayuda, puede ser leyendo, asistir a una religión con alguien, no necesariamente un psicólogo; las personas tenemos que aprender a manejar las emociones, si está uno muy enojado cuente hasta 10 y no reaccionar con el coraje porque la reacción no la vas a poder controlar date tiempo unos segundos para que se baje el coraje y luego ya reacciones con respuesta más aceptable”, dijo.

Acotó que la educación en la familia, la autoestima y los valores permiten en la adustez que se tengan reacciones correctas ante la frustración, evitando que se desencadene una reacción tan extrema.

LAS SEÑALES

El especialista dijo que en el núcleo familiar son diversas las señales de que está habiendo una falla en la educación de los hijos:

“Primero una muy sencilla, es la falta de afecto, lo que hace que la información social de la educación pueda entrar en un niño o en un joven es el afecto; cuando no hay afecto lo que está alrededor no lo puede asimilar, porque todos necesitamos atención reconocimiento, afecto, si el niño no lo está teniendo todo lo que está haciendo es para obtener la atención aunque a veces hasta de forma negativa”.

“A veces, los niños que son golpeados, el ser golpeados es la única forma que tienen de recibir afecto; sienten que valen cuando papá y mamá los lastima o los maltrata”.
Consideró que lo primero que hay que hacer para evitar la violencia familiar es fomentar la autoestima, después de la cual se genera un proceso de comunicación.
“No es fácil, porque les dices que puedes cambiar su vida pero no saben cómo hacerlo, para eso hay instituciones que atienden estos casos”, finalizó.

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