Saltillo, Coahuila.- Pese a que es la Procuraduría Federal del Consumidor es a quien le toca regular los negocios que comercializan con los servicios educativos, lo cierto es que los colegios no son sancionados y constantemente se presentan casos negativos dentro de estos.

Recientemente un menor de 2 años estuvo a punto de perder una parte de su dedo meñique debido a un descuido de las maestras del colegio Galileo Galilei, y posterior al trágico hecho salieron a relucir una serie de irregularidades.

Sin embargo, a casi un mes del accidente, la escuela particular no tiene sanción alguna a pesar de la gravedad de las situaciones.

En esta situación el delegado de la Profeco, Sigfrido Macías, aseguró que ellos no siguen los procesos por ley y que requieren que los padres vayan a la dependencia a interponer la queja y aportar las pruebas suficientes que permitan actuar en consecuencia.

“Cualquier queja que se presente en un colegio particular o escuela que comercialice con estos servicios, nos toca tomar nota y resolver”, insistió el delegado, quién agregó que hasta la fecha no han suspendido ninguna escuela privada.

La Profeco tiene en lo que va del año 50 quejas en contra de instituciones educativas privadas, la mayoría de ellas por cobros indebidos, cuotas no autorizadas por los padres, falta de autorización para impartir clases y el condicionamiento de entrega de papelería.

Pareciera que las escuelas privadas no tienen rienda, pues en diversas ocasiones padres de familia han reportado públicamente accidentes y bullying dentro de esta, y ninguna autoridad ha tomado cartas en el tema, las escuelas siguen funcionando.