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Molinos del Fénix, un ícono de Saltillo

Por Edith Mendoza

Publicado el lunes, 13 de julio del 2015 a las 14:01


A lo largo de sus 130 años de vida, esta empresa ha ido creciendo junto con la capital de Coahuila

Saltillo, Coah.- A través de los últimos 130 años, Molinos del Fénix, ahora filial de Grupo La Moderna, no sólo ha sido fiel testigo de revoluciones, guerras mundiales y debacles económicas, también ha sido parte importante de la cultura del esfuerzo de Saltillo y la Región Sureste, expandiendo sus alas a nuevos horizontes, pero con el corazón bien enraizado en esta tierra. Como no hay un registro que precise la fecha exacta de su aniversario, la fiesta dura todo el año. Pero 130 años lo valen. Y más aún cuando se trata de un negocio que, aun en un mercado alimentario altamente competido, con devaluaciones e impactos fiscales, está en constante crecimiento y con un potencial que apenas comienza.

Se trata de una de las empresas con mayor antigüedad en la región. Molinos del Fénix se fundó en 1785, en pleno Porfiriato, y desde entonces ha sufrido una serie de transformaciones, a la par de las que sufría el mismo país.

Evaristo Madero, abuelo de Francisco I. Madero, fue quien inició el negocio. Más tarde, en los días en que iniciaban los movimientos de la Revolución, un familiar cercano quedó a cargo del molino. Desde entonces, pasó por muchas manos e incluso se quemó y se reedificó buena parte de él.

En aquella época, los molinos más grandes llegaban a moler 25 toneladas por día. Hoy en día, para que estos tengan cierta rentabilidad, deben moler desde 200 toneladas diarias. Con sus dos unidades de molienda, actualmente Molinos del Fénix tiene una capacidad de 370 toneladas diarias.

En esos días, la familia Madero, además del molino, contaba con todo un emporio empresarial en actividades tan diversas como la textil, la minera y la algodonera. Cuando Francisco I. Madero expuso sus ideas revolucionarias, el todavía presidente Porfirio Díaz ordenó que le congelaran las cuentas y créditos. Una crisis financiera era inminente.

A raíz de los adeudos postrevolucionarios, el Banco de Nuevo León, que más tarde se llamó Banco Mercantil de Monterrey, se apropió del molino, que luego pasó a manos de la familia Garza, de Monterrey. La década de 1920 fue un periodo especialmente difícil para la empresa, cuando incluso un incendio le causó serios daños, pero gracias a diferentes apoyos gubernamentales y varios financiamientos, el Fénix resurgió de las cenizas.

En 1940 el molino es adquirido por Isidro López Zertuche, aunque nunca estuvo integrado formalmente al Grupo Industrial Saltillo. Es en 1999 cuando es adquirido por Grupo La Moderna, que desde entonces encabeza sus operaciones.

En esos días, Rodolfo Espinoza Barrientos llegó para encabezar este proyecto como director general de Molinos del Fénix, aunque tiene ya una experiencia de 32 años en Grupo La Moderna.

La apuesta

Cuando La Moderna toma el control, el molino contaba con unos 160 colaboradores, cifra que en la actualidad casi se ha duplicado. Desde entonces, se han hecho modificaciones importantes no sólo en el sector de harinas panificables, también en la producción de sémola para suministrar la materia prima a las plantas de pastas.

El grupo tenía una de ellas en la región y adquirió una en Gómez Palacio en 2001. Para 2014, el grupo decidió ampliar todavía más la capacidad e instaló una nueva planta en el municipio de Ramos Arizpe. Ahí mismo rebuscó unas líneas que estaban en Gómez Palacio y una adicional, con lo que se sustituirán los equipos que tiene en Saltillo.

Cabe recordar que La Moderna también cuenta con plantas en diferentes ciudades. Su corporativo se encuentra en Toluca, Estado de México, donde tiene molinos de trigo y se encuentra la principal planta de pastas y una fábrica de galletas, además de plantas que producen empaques y cajas de corrugado. Cuenta con plantas de pastas en Guadalajara, en Mexicali y otra en Guatemala. Además está en proceso de construcción una planta en Texas.

La planta de Saltillo seguirá operando hasta enero, para luego concentrar toda la operación en Ramos Arizpe. Con la nueva línea, se duplicará la capacidad de producción de pastas cortas. Actualmente Saltillo produce mil 500 kilos diarios, y la nueva línea alcanzará 3 mil kilos por hora aproximadamente.

Además de los 350 empleos directos que tiene en la región, genera otros de manera indirecta. La empresa solía operar una flotilla de camiones para el traslado de la mercancía, sin embargo, vendió las unidades a los choferes quienes ahora le prestan el servicio, además de otras líneas transportistas. También se cuentan los promotores que colaboran en las tiendas para colocar los productos.

La producción y las ventas han ido de la mano, principalmente en harinas, donde se ha superado el objetivo de 7% de crecimiento proyectado para el año. Aún así, tan sólo en la molienda de trigo se está a un 80% de la capacidad, por lo que aún queda mucho potencial por explotar, y más aún si se plantean turnos corridos.

Impulso a la economía regional

Parte del crecimiento que experimenta La Moderna es resultado de su enfoque hacia el fortalecimiento de la economía regional en los últimos 12 años, mediante el esquema de agricultura por contrato.

Con este sistema, la empresa le da certeza al productor en la compra del trigo y el precio. En muchos casos es La Moderna quien suministra la semilla para asegurar la variedad del trigo que requiere. Se trata de trigo cristalino, necesario para la producción de sémola y las pastas. Unos 350 productores en el estado forman parte del programa.

Lamentablemente este año no fue tan bueno por el exceso de agua durante la cosecha. Cuando se esperaban unas 40 mil toneladas, apenas se alcanzará el 50 por ciento. Cabe mencionar que en el primer año del programa se obtuvieron unas 3 mil toneladas.

La necesidad anual es de unas 50 mil toneladas. Y aunque “la materia prima está garantizada, no podrá ser toda de la región como hubiésemos querido… esperamos que el año próximo llueva mucho pero cuando estén sembrando, no en la cosecha”, comentó Rodolfo Espinoza.

Relaciones estables

Lo que para estos días en cualquier relación humana se ha vuelto casi imposible, cuando un trabajador supera en promedio los cinco años en Molinos del Fénix, la relación difícilmente se rompe. La Moderna ha reconocido el esfuerzo de trabajadores que alcanzaron 50 años colaborando para este molino, tiempo que no pudo ser más, pero por motivos de jubilación. En aquellos años se empezaba a trabajar desde los 15 o 16 años.

“Dentro de las empresas del grupo, es de las que tiene personas con más antigüedad… también hemos tenido rotación, pero cuando trabajan con nosotros, después de cierto tiempo difícilmente se van. El arraigo del personal es una de las fortalezas de la empresa”, reconoció el directivo.

Los valores y la responsabilidad social de la firma han sido pieza clave para lograrlo. Más que una fuente de sustento, ofrece también la posibilidad de desarrollo al adquirir nuevas habilidades. De hecho, muchos de sus trabajadores iniciaron y terminaron su educación básica, y otros tantos continuaron con carreras técnicas y los menos hasta ingeniería o licenciatura.

Además de la capacitación en los procedimientos de trabajo, mientras que un tiempo había colaboradores que no sabían ni leer ni escribir, ahora el nivel educativo está en promedio arriba de 10 años.


Rodolfo Espinoza ha dirigido Molinos del Fénix desde su paso a Grupo La Moderna.

La Perla

La marca insignia del grupo es sin duda La Perla, joya que ha recorrido la misma historia que el Molino, reconocida en varios estados del país, aunque principalmente en el norte. A su vez, esta marca de harina cuenta también con varias presentaciones por cantidades y tipos.

Desde hace algunos años, la firma se ha concentrado en la investigación para el desarrollo de nuevos productos. De esta forma logró harinas especiales para hot cakes, pizzas, repostería (Cisne de Oro) y para todo uso (Lirio y Tres Estrellas), así como productos para clientes especiales.

La apuesta por tecnología de punta incluye la estación de envasado, ubicada en la planta de Ramos Arizpe, misma que permite generar productos de harina a partir de las necesidades específicas del cliente, en tiempos y cantidades récord.

Además de fuertes inversiones en tecnología de punta, La Moderna ha dedicado espacios para el desarrollo y prueba de productos ya existentes y nuevos.

Consciente de las necesidades nutricionales, una de las tendencias de La Moderna es hacia las harinas integrales, sector que apenas hace unos años ni pintaba en sus estadísticas, pero que ahora conforma una buena parte de su producción.

Líder en pastas

En el caso de las pastas, La Moderna es la líder a nivel nacional, mientras que regionalmente es la pasta La Perla la que lleva el liderazgo, al ofertar un producto de alta calidad a precios económicos.

Cuando se adquirió la planta de pastas de La Laguna, manejaba la marca Cora, que también forma parte de su catálogo, como Pasti-Lara. También desarrolla productos para exportación, mediante las firmas Giovanni Primo y Allegra, dirigidas al mercado anglosajón.

Las exportaciones se concentran en Estados Unidos, principalmente en estados con cierta concentración de hispanos. También tiene participación en el mercado del Caribe, Centro y Sudamérica. A nivel grupo, la exportación representa un 15% de su producción, pero en lo que se refiere específicamente a las plantas en el norte, significa el 40 por ciento.

“La idea es seguir creciendo en el mercado nacional y también en el de exportación… aunque nuestro producto es líder, es un mercado que aún tiene mucho potencial”, dijo Rodolfo Espinoza Barrientos.

Gran potencial

Aunque la pasta es uno de los alimentos más nutritivos, muchos tabúes giran alrededor de ella. Además de lo versátil de su preparación, sigue siendo uno de los alimentos más accesibles para la población mexicana.

El consumo per cápita de pasta en México está en alrededor de 3 kilos, que contrasta con el de países europeos como Italia, que casi llega a los 30 kilos, o algunos americanos como Perú, donde llega a los 7 kilos, por lo que está claro que el área de oportunidad en el mercado nacional está apenas en sus inicios. Grupo La Moderna no solamente apuesta al norte sino al consumo en todo el país, donde ve un amplio potencial.

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