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La ‘Guerra de la Basura’ arrecia en México

Por Agencias

Publicado el jueves, 15 de junio del 2017 a las 15:33


‘A los niños les ha dado cáncer, han tenido malformaciones o enfermedades por los tóxicos que vuelan desde el basurero’

La Prensa | Ciudad de México.- El gobernador de Morelos, Graco Ramírez, y su secretario de Medio Ambiente, Rafael Pacchiano, llegaron puntuales a la cita. Sonrientes y trajeados como en cualquier evento donde los funcionarios públicos de México promueven sus obras frente a las cámaras de televisión y sin pensar que los manifestantes irrumpirían con gritos y palabrotas.

Eran habitantes del municipio de Alpuyeca opositores a la inauguración de la planta de reciclaje de basura de la Ciudad de México y que finalmente aquel pasado de 14 de febrero no se pudo echar a andar. Ni meses después. Ni ahora.

La oposición a los basureros públicos de México se ha convertido en una de las más novedosas formas de protestas del país que hoy por hoy no cuenta con un sistema eficiente de manejo de basura, a pesar de que produce cada día más de 100 mil toneladas sólo por desechos domésticos.

Esto equivalente a cerca de 37 millones de toneladas anuales de residuos sólidos urbanos vertidos cada año en rellenos sanitarios, basurales o vertederos.

“La gestión de los residuos se ha centrado en un único aspecto: su eliminación a través de tiraderos, rellenos sanitarios e incineradores, escondiendo el problema sin resolverlo, generando graves impactos ambientales y daños en la salud de las personas, además de impactos paisajísticos”, documento la organización internacional Green Peace en 2016.

Los habitantes de la comunidades afectadas se habían mantenido en silencio o con pequeñas protestas sin impacto mediático, pero desde hace un par de años, las inconformidades han crecido de norte a sur del país con como bloqueos de carreteras (Oaxaca, Estado de México), plantones frente a los municipios (San Luis Potosí e Hidalgo) y agresiones más directas en contra de funcionarios.

En la protesta de Alpuyeca, los manifestantes tiraron vayas, se enfrentaron con guardaespaldas y no se fueron hasta después de que se canceló el evento y sugirieron trasladar el basurero a “la casa del gobernador”.

Alpeyuca se ubica en el sur de la CDMX, a unos 120 kilómetros. Su cercanía geográfica y la “buena disposición de los gobiernos morelenses habían permitido a la capital mexicana trasladar constantemente parte de su colosal volumen de residuos hasta que los pobladores se hartaron.

“Se trata de basureros abiertos que nos están afectando y en nuestra comunidad sólo hay 3,000 habitantes, no es justo”, describió Joanita Ochoa, una de las afectadas, en entrevista con este diario.

“He visto que a los niños de la comunidad les ha dado cáncer, han tenido malformaciones o enfermedades en la piel a causa de los tóxicos que vuelan desde el basurero. Han sido al menos de 10 casos, y hay muchos intoxicados, con alergias o malestares”.

El problema, coinciden los alpuyequenses, es que las autoridades no se llevan toda la basura para reciclarla, sino que dejan desechos de hospitales, de carnes y todo tipo de basura orgánica e inorgánica que, mezclada, emite un olor insoportable a varios kilómetros a la redonda, amén de las consecuencias en la agricultura y la pesca.

“La forma de vida comunitaria se ha roto: hace un par de años todavía podiamos ir a pescar al río para comer, ahora sólo sacamos basura. Está todo contaminado, ya no se puede lavar, usar para beber ni nadar”, advirtió Ceferino Castañeda, otro de los pobladores afectados. “Lo más grave es que esa agua se usa para el riego de nuestras tierras y los productos ahora tienen muy mala calidad”.

Desde sus respectivas trincheras, los gobiernos federal, estatales, municipales en México no han estado acostumbrados a consultar de manera formal y documentada a los pobladores sobre los proyectos de impacto en puerta y, mas bien, los impone para despertar constantemente suspicacias.

El pasado 23 de Mayo un miembro de la comunidad de Alpuyeca fue baleado tres veces, presuntamente en un intento gubernamental para frenar su manifestación en el zócalo de Alpeyuca. Los hechos no se han esclarecido.

Pero más allá de los esfuerzos gubernamentales, el académico Ramón Jiménez, del Instituto Politécnico Nacional, advierte que la problemática de la basura de amortiguará “cuanto la sociedad comprenda que cada persona debe aportar “un grano de arena para generar un ambiente más limpio en el país”.

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