Raquel Guerrero | Saltillo, Coah.- El shoujo es sin duda un género dentro del mundo del anime y manga del cual, al menos en mi experiencia, considero hermoso, digno de apreciar como cualquier otro género ya que existen infinidad de historias que logran captar espectadores a un nivel inimaginable con sus temáticas románticas y mágicas, o como lo describirían popularmente, cursis.

En esta ocasión, en Junkies mostramos una historia muy particular en su edición anime y me refiero a Kaichou wa Maid-sama!

Apenas el pasado 1 de abril el anime cumplió su séptimo aniversario, pero en cuanto al manga este cuenta con casi 12 años de su primera publicación; su autora, Tiro Fujiwara, nos mostró una trama fácil de digerir, pero con unos personajes con carácter claramente complicado.

Ayuzawa Misaki es la protagonista de esta serie. Es evidente desde el primer capítulo que tiene un temple de acero, entendible bajo las circunstancias en que vive y se desarrolla su historia: lidiar en una escuela donde predominan los hombres no es nada sencillo ya que ella, con su esfuerzo y liderazgo, logra convertirse en la primera chica presidenta del Consejo de Estudiantes y mantener el orden no resulta nada sencillo, pero no hay imposibles para ella.

Usui Takumi es el coprotagonista. No quisiera alardear tanto de la personalidad de Usui, pero compartiré con ustedes que se trata del personaje con más presencia que definitivamente he conocido; es perfeccionista, pero eso es criterio personal. Este joven hechiza a muchas chicas con su apariencia y talento en diferentes áreas que lo hacen ser el mejor, por encima de Misaki.

Pero no se confundan, no sólo se trata de sus aventuras en la escuela. El desarrollo en cuanto a la vida familiar de Misaki es vago, pero no te deja con la sensación de vacío al presentar un poco la relación con su madre y su hermana menor, donde el punto clave, a mi criterio, es sin duda su empleo de medio tiempo, mismo por el que esta historia de amor tan singular toma vuelo.

Esta trama de romance claro que va acompañada de toques humorísticos recreados por los personajes secundarios de la misma, desde un “trío de idiotas”, una hermana “rara”, un par de mejores amigas, una jefa exageradamente noble, hasta unos “quintillizos fanáticos”, con aventuras singulares que atrapan con sus cortas historias de presentación y aparición en la serie.

Kaichou wa Maid-sama! nos deja en claro que muchas veces el amor existe, pero no necesariamente se manifiesta de la forma común en la que lo conocemos: romántico, imposible o dramático.

Un tipo de amor de paciencia, perseverancia y constancia permite engancharte con sus 26 capítulos animados, pero sin duda las situaciones que vemos van más allá del cuadro de amor.

También la amistad, solidaridad y el trabajo en equipo son cosas que esta serie nos muestra y que desearemos aplicar en nuestra vida, ya que hacer las cosas correctas de vez en cuando nos hace crecer como personas.