Internacional
Por Agencias
Publicado el martes, 23 de enero del 2018 a las 19:07
El Confidencial | Dinamarca.- Kim Wall desapareció en agosto en el mar Báltico, después de haberse subido a un submarino casero en el que pretendía entrevistar a su inventor: Peter Madsen. Durante los primeros días, cuando ésta seguía sin aparecer —aunque la Policía ya la daba por muerta— hubo varias versiones: un accidente con la escotilla de la embarcación, problemas técnicos después de desembarcarla en el puerto de Copenhague… pero luego apareció el cuerpo de la periodista sueca. Eso sí, por partes: primero hallaron un torso, el resto de miembros aparecieron más tarde.
Al aparecer el torso, Madsen, una figura muy conocida en suelo danés por sus diseños de submarinos y por ser el cofundador de la la firma Copenhagen Suborbitals, creada en 2008 con el objetivo de lanzar algún día al espacio monoplazas tripulados y que ya ha hecho despegar con éxito varios cohetes experimentales sin personas a bordo, reconoció que Wall había muerto, pero que todo había sido un accidente: ésta habría muerto al caerle la escotilla del ‘Nautilus’, el submarino de su propia creación, y, sin descuartizarla (dice), la lanzó al mar. Pero el cuerpo apareció mutilado. Y después aparecieron nuevos datos que le dieron otra vuelta a la historia.
El pasado mes de octubre, la Fiscalía danesa informó de que la investigación los había llevado hasta el ordenador de Peter Madsen, en cuyo disco duro habían aparecido unas durísimas imágenes: vídeos de ejecuciones y torturas a mujeres, que eran ahorcadas y quemadas. Las últimas informaciones apuntan a algo más macabro aún: Peter Madsen habría atado y maltratado a Kim Wall antes de asesinarla, todo premeditado. La Policía danesa cree que todo estaba planeado, porque había llevado al ‘Nautilus’ sierras, cuchillos, destornilladores y bridas de plástico, tal y como recoge la cadena danesa TV2.
Según la acusación, todo estaba preparado y Madsen decidió atar a su víctima por la cabeza, los brazos y las piernas antes de agredirla con alguno de los artilugios que subió a la embarcación. Los nuevos datos apuntan a que la agresión tuvo un claro componente sexual, si bien no se ofrecerán más detalles hasta que comience el juicio. De la acusación presentada por la Fiscalía y hecha ahora pública se extrae también que el asesinato tuvo lugar entre las 22:00 del 10 de agosto y las 10:00 de la mañana del día siguiente, momento en el que fue denunciada su desaparición por su novio.
Madsen, en una nueva vuelta a su declaración, ha reconocido que descuartizó a la mujer y que lanzó sus trozos al mar, pero niega haberla asesinado. No obstante, la Fiscalía asegura que Wall murió asfixiada o degollada. A este crimen se le añade un delito por violación de una serie de regulaciones de transporte marítimo y le acusan, entre otras cosas, de haber puesto en peligro la vida de otras personas al acercarse a la superficie con el ‘UC3 Nautilus’, un submarino de casi 18 metros de largo y 40 toneladas. La Fiscalía solicita para Madsen cadena perpetua, tal y como recoge el diario ‘Politiken’.
Desaparición y detención de Madsen
El cuerpo de Wall apareció el 21 de agosto cerca del paseo marítimo de la bahía de Køge, en la zona de Amager, en el sureste de Copenhague, 11 días después de haber desaparecido. Pero no apareció completo: Jens Møller Jensen, jefe de la investigación, anunció que se trataba de un torso, sin piernas, cabeza ni brazo, que habían sido “arrancados a consecuencia de un corte intencionado”. Madsen insistía entonces en que Kim Wall murió accidentalmente al caerle encima la escotilla del submarino, de unos 70 kilos. Y, desde luego, niega haber descuartizado el cadáver.
No obstante, Buch-Jepsen ya fue rotundo: “Es mentira”, sostiene, tal y como recogen en el diario sueco ‘Aftonbladet’. La autopsia del cuerpo ha mostrado al menos 14 cortes en el torso de Wall que fueron ejecutados “en torno al momento de la muerte o poco tiempo después”, subraya el fiscal, según la agencia Ritzau.
A pesar de que la abogada defensora, Betina Hald Engmark, no creía que hubiera suficientes sospechas sobre su cliente y que debería ser puesto en libertad de inmediato, un juez danés extendió la detención preliminar del inventor hasta, al menos, el 31 de octubre. El inventor renunció a que el juez decidiera acerca de su futuro y decidió seguir en prisión de forma voluntaria.
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