Saltillo, Coahuila.- Nacido en Canadá, Jérôme Ducharme es el guitarrista que se presentó el día de ayer en el Museo de las Aves de México. Ganador del premio internacional Guitar Foundation of America International Competition en el 2005, el canadiense comenzó una interesante trayectoria que, impulsada por su habilidad con la guitarra, lo ha llevado a viajar a los más importantes festivales, y que por segunda vez visita nuestra ciudad.

“Me siento muy emocionado, pues después de mi anterior visita, quería ver cómo había cambiado el festival y qué tanto ha crecido. Esto es algo que he visto a lo largo de la semana y siento que ha tenido una evolución muy favorable. El estar rodeado de estos grandes guitarristas es muy excitante”, comentó Ducharme a Zócalo.

El cartel de este año está compuesto por músicos rusos, argentinos, mexicanos, italianos y españoles, entre otros maestros de distintas disciplinas que tienen que ver con la guitarra. Pero Zócalo cuestiona a Ducharme sobre la importancia de conocer otras culturas para el panorama de su instrumento.

“Siento que la vida cultural que se vive en estos festivales es muy importante para la salud del mundo de la guitarra. Uno puede acercarse a los maestros y conocer de ellos y de su cultura, además de aprender un poco de lo que se hace en su país sobre la música, lo cual le da una nueva dimensión a lo que tú haces, porque te nutre de otros conocimientos”, agregó.

Esta unión de culturas y sonidos son la idea que representó en el escenario, pues su programa estuvo conformado por las obras de un compositor japonés a quien Ducharme admira, precisamente por la habilidad de mezclar los sonidos orientales con la guitarra occidental.

“Los últimos tres años trabajé en el estudio de un compositor japonés llamado Toru Takemitsu que ha escrito bastante obra para guitarra y el programa que interpreto (en Saltillo) son algunas piezas que Takemitsu escribió para guitarra pero no sólo eso, stuve una variedad de compositores como a Leo Brouwer y Luys de Narváez”, declaró el guitarrista.

Conocer el mundo y sus culturas da la oportunidad, también, de conocer a los colegas y sus habilidades. Países con una tradición de guitarristas renombrados son España e Italia, pero ¿cómo ve el músico el panorama mexicano?

“Siento que los guitarristas mexicanos son muy buenos. De hecho, en un reconocido premio en Montreal, el ganador fue un guitarrista mexicano de nombre Jesús Serrano, quien fue también el guitarrista ganador en el actual concurso del Festival.

“Así que a través del tiempo que he podido asistir a este país y observar a sus artistas, estoy convencido del importante nivel que tiene México en cuanto a la guitarra. Como lo he dicho, han ganado importantes premios gracias a lo talentosos que son por naturaleza, otra cosa es que el público mexicano siempre me ha parecido de los mejores”, finalizó Ducharme.

Vuelve a Coahuila

El guitarrista Arody García regresó a tierras mexicanas la noche del miércoles en el Museo de las Aves de México para deleitar al público con una muestra de su talento.

García, quien estudió en la Escuela Superior de Música de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), bajo la dirección del maestro Martín Madrigal, ofreció una sesión lírica del sonido que producían sus dedos y las seis cuerdas de su guitarra.

Debajo de los arcos del Museo, pero encima del escenario, García inició la noche musical con Variaciones Sobre las Folias de España y Fuga del compositor Manuel M. Ponce. Las composiciones eran de tonos varios, en donde igual sonaba un rasgueo entrecortado, como una muestra de virtuosa rapidez sobre el dominio de la guitarra.

Capricho Árabe de Francisco Tárrega fue la segunda pieza que ofreció García al público, en una muestra de habilidad, la cual recordaba a una España aún dominada por los moros. En cambio, la composición Guajira, de Emilio Pujol, cierra el ciclo de los maestros españoles del 1800, con una pieza alegre y contrapunteada con la composición anterior.

El programa que ofreció Arody García se completó con las piezas Invocación y Danza. Homenaje a Manuel de Falla, de Joaquín Rodrigo, así como Sonata Op. 77. Homenaje a Boccherini compuesta por los movimientos Allegro con Spirito, Andantino, Quasi Canzone, Tempo di Minuetto y Vivo Energico, de Mario Castelnuovo-Tedesco.