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Por Ruta Libre
Publicado el lunes, 9 de enero del 2017 a las 16:10
Saltillo, Coah.- Como en el resto de la República, en Coahuila se vive un despertar ciudadano. Esta vez no fue ni la megadeuda ni la aprobación del matrimonio igualitario lo que hizo salir a los ciudadanos a la calle, sino el aumento a la gasolina y el diésel.
Desde hace tiempo que en el estado no había tantas marchas ciudadanas en menos de cuatro días. En Saltillo hubo 5, en Monclova y Piedras Negras 2, y en Torreón 3, que se registraron entre el domingo 1 y el miércoles 4 de enero. Transportistas, amas de casa, taxistas, maestros, jóvenes, obreros y hasta niños salieron a las calles para gritar un “¡No al gasolinazo!”.
La ola de indignación no es local, sino nacional. El aumento de 20% en la gasolina y el diésel afectó a las clases media y baja. Fue la gota que derramó el vaso. Y desde que entró el aumento en vigor, las manifestaciones no han cesado.
Madres y padres de familia están seguros de que ese aumento representa el encarecimiento de la vida. Saben que lo que sigue es el aumento de transporte, de la canasta básica, de insumos, de productos, de servicios. Saben, también, que lo que viene es una crisis económica.
Más de 500 transportistas invadieron las calles de Saltillo, Torreón y Monclova. Algunos ciudadanos irrumpieron en el Congreso local, derribando las vallas metálicas. Preparan más marchas y acciones con las cuales expresar su miedo, enojo e impotencia.
En otros estados incendiaron gasolineras, saquearon negocios, tomaron palacios de Gobierno y salieron a las calles gritando consignas contra el presidente Enrique Peña Nieto, los senadores y los diputados federales.
La clase media está herida. El Presidente anunció el miércoles que comprende el enojo, pero que la medida era necesaria y que no hay marcha atrás al aumento. Todo esto ocurre en el inicio del 2017, un año electoral. El polvorín se ha encendido. ¿Cuándo, dónde y cómo explotará?
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