Internacional
Por Agencias
Publicado el lunes, 20 de febrero del 2017 a las 10:04
Beijing, China.- Una cadena de islas deshabitadas en el mar oriental de China, que ha ocasionado tensiones por décadas entre Japón y China, podría ser el factor desencadenante de un conflicto bélico en el continente asiático.
Aunque la tensión se ha mantenido por años entre ambos países que buscan reivindicar la pertenencia del pequeño archipiélago, las acciones recientes del Gobierno de Estados Unidos y la postura de los chinos le han dado una nueva dimensión al conflicto.
Tras la reunión de Donald Trump con el primer ministro japonés Shinzo Abe, en días pasados la Casa Blanca respaldó a sus aliados nipones en la controversia sobre las islas Senkaku, para Japón, Diaoyu para China.
Este gesto fue reprobado por Beijing, quien se opuso a los comentarios argumentando que podría complicar cuestiones relevantes y tener un impacto negativo en la paz y la estabilidad regional.
‘LOS DUEÑOS DE LA TIERRA’
Japón es el país que de facto ha ejercido actos de legítima titularidad sobre el archipiélago, sin embargo, desde Beijing se ha reactivado en los últimos meses el interés por la potestad de las islas.
Los chinos han enviado barcos pesqueros a las inmediaciones de las islas, además de barcos turistas que visitan este territorio controlado por Japón, lo que ha sido considerado como una afrenta en Tokio.
Para reforzar esta campaña y a modo de intimidación, el Gobierno chino también ha enviado en la última semana a tres buques de su Guardia Costera a las inmediaciones del archipiélago en conflicto, tras el respaldo público del Gobierno de Trump a Japón.
¿Se trata sólo de un mensaje al Gobierno japonés o también va dirigido a Washington, EU?
Una provocación de este tipo habría sido impensada hace apenas unos años, cuando China no se convertía aún en la gran potencia económica y militar que es el día de hoy.
POTENCIALES DETONANTES
La maniobra de China desde hace unos años ha sido la de poder acaparar todo el territorio que pueda en el mar chino, lo que ya le ha traído conflictos con otros países, como Vietnam, por el control de diferentes islas.
El renovado interés por el archipiélago de Senkaku, y su enfrentamiento con Japón está llevando a los chinos a un nuevo nivel en la confrontación, pues indirectamente podría también considerarse una provocación a los Estados Unidos.
El conflicto por este conjunto de islas, sin embargo, no es el único que amenaza al sudeste asiático, pues ya hay varios potenciales detonantes de un conflicto que podría escalar.
Desde hace algunos meses, la tensión en esta región del continente asiático está cerca del punto de quiebre, con la posibilidad de un conflicto inminente entre las dos Coreas, con la inquietante presencia de Kim Jong-Un al frente de Corea del Norte, supuestamente respaldado por China.
China y Estados Unidos, los dos grandes jugadores geopolíticos, están midiendo fuerzas en el terreno comercial y diplomático, y ahora, con la amenaza de un posible conflicto bélico, podrían tener un nuevo frente abierto, el militar.
JUEGO DE PROVOCACIONES
Adrián Guerra, especialista en Derecho Internacional, considera que el renovado interés por el control del archipiélago Senkaku está siendo utilizado por las grandes potencias, China y Estados Unidos, para mandarse mensajes.
“El reciente recrudecimiento se debe a esta necesidad de Estados Unidos de marcarle la raya a China. Es una clara señal de decir ‘Nosotros la relación que tenemos con China no es necesariamente la mejor’, obviamente los chinos tomaron esto como una provocación”, detalló Guerra.
Por otro lado, está convencido de que el envío de expediciones y sobre todo la presencia de buques de gran calado del Gobierno de China en las inmediaciones de las islas es una medida de presión de Beijing para obtener beneficios.
“A Japón le preocupa porque siente que esto es una provocación muy obvia. Es una provocación para ver si en algún momento Japón pudiera llegar a proponer un acuerdo o convenio para compartir la explotación de los recursos que haya en el archipiélago”.
El riesgo en estas provocaciones, señaló Guerra, es que el Gobierno chino decida ir más allá en su provocación y busque un pretexto para una confrontación militar abierta.
“Si algunos ciudadanos chinos, en estas expediciones, desembarcaran en la isla, el Gobierno japonés se vería obligado a entrar y obligarlos a desocupar, ahí China podría intervenir con el argumento de defender a sus ciudadanos agredidos por el Ejército japonés”.
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