San Antonio, Texas.- Al interior de la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs, Texas, los fieles celebraban su fe. Afuera, Devin Kelley apretó el gatillo. Rodeó la iglesia regando de balas el interior y luego entró.

El hombre siguió disparando, a algunos los mató acercándose a ellos y ejecutándolos a sangre fría.

Los investigadores vislumbran que la carnicería de Kelley pudo tener como detonante “sus problemas domésticos”.

Despedido del Ejército en 2012 por violencia familiar, Kelley, que vivía a unos 60 kilómetros de Sutherland, se desplazó a cometer su acto hasta la misma iglesia bautista a la que solía acudir su suegra. Ella no había ido esta vez a la capilla.

“Sabemos que Kelley le había enviado mensajes de amenaza, pero no podemos dar más detalles”, dijo a la prensa el portavoz de Seguridad de Texas, que descartó otras conjeturas: “Esto no tuvo una motivación racial ni tampoco tuvo que ver con las creencias religiosas”.

Por la noche se confirmó que entre las víctimas mortales se encuentra Lula Woicinski, abuela de su esposa, Danielle Lee Shields.

Herido, se suicidó

El autor de la masacre, confirmaron las autoridades, recibió dos disparos de un vecino cuando huía y después se suicidó de un tiro en la cabeza.

Devin Kelley recibió impactos de bala en la pierna y en el torso disparados por un vecino convertido en héroe, que lo enfrentó después de escuchar los tiros desde su casa, según explicó ayer frente a la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs, Freeman Martin, del Departamento de Seguridad Pública (DPS, en inglés) de Texas.

A pesar de que en primera instancia las autoridades dudaron de si el asesino se suicidó o murió a causa de los disparos del vecino, identificado como Stephen Willeford, la autopsia reveló que el tiro que se propinó en la cabeza fue mortal.

El asesino, que tenía antecedentes por maltrato doméstico y maltrato animal, se suicidó tras escapar de la zona del tiroteo y ser perseguido por carretera durante varios minutos por Willeford y otro vecino, Johnnie Langendorff, que estaba cerca de la iglesia y vio el altercado.

Balas regadas

Freeman desveló también que los investigadores han recogido de la escena del crimen centenares de balas y 15 cartuchos con rondas de 30 proyectiles cada una, lo que corrobora la violencia del peor tiroteo en la historia de Texas.

Kelley perpetró esta masacre vestido con un chaleco antibalas y armado con un potente rifle semiautomático Ruger AR-556.

Según las investigaciones policiales, el asesino mató a dos personas fuera de la parroquia y a 23 dentro del recinto, y un niño murió víctima de las heridas en un centro médico local.

Las edades de las víctimas mortales oscilan entre los 18 meses y los 77 años, un indicativo más de que el asaltante trató de hacer el mayor daño posible sin tener piedad de ninguno de los asistentes.

Familia devastada

La tragedia se ensañó especialmente con la familia Holcombe, que perdió a ocho de sus integrantes de tres generaciones distintas, que como cada domingo habían ido al oficio religioso.

De hecho, uno de los integrantes de la familia, Bryan Holcombe, de 60 años, era hasta este domingo pastor asociado de la parroquia y se disponía a subir al púlpito para dirigirse a la congregación cuando Kelley empezó a disparar, según han explicado sus padres a los medios locales después de confirmar su muerte.

Junto a Bryan fue asesinada la que fue su esposa durante cuatro décadas, Karla, de 58, y uno de los hijos del matrimonio, Marc Daniel, de 36 años.

La pequeña Noah, de un año e hija de Marc Daniel, también se encuentra en la lista de fallecidos.

Otro hijo de Bryan y Karla, John, sobrevivió al ataque, una suerte que no corrió su mujer embarazada de ocho meses, Crystal, y tres de sus cinco hijos.

Otros niños que murieron en el ataque fueron los pequeños Emily, Megan y Greg, que fallecieron tras ser alcanzados por las balas de Kelley. (Con información de San Antonio Express News/EFE/AFP)

Como cualquier cliente

» Devin Kelley adquirió cuatro armas entre 2014 y 2017, dos en Colorado y dos en Texas. Todas fueron compradas bajo la aprobación de la base de datos del Centro Nacional de Información Criminal (NCIC, en inglés), debido a una licencia de seguridad privada que logró obtener.

» El tirador traía consigo al menos tres armas a la hora de la matanza en Sutherland Springs. Autoridades recuperaron un Ruger AR-556 en el templo, además encontraron una pistola Glock 9mm y una Ruger calibre .22 en la camioneta Ford Explorer que manejaba.

» Según el FBI, adquirió dos armas en tiendas Academy Sports and Outdoors, en San Antonio. Una de estas fue el rifle usado.

Omiten registro criminal

La Fuerza Aérea no informó al FBI de la condena por violencia conyugal de Devin Patrick Kelley, lo que podría haberle impedido adquirir armas y matar a las 26 personas en la iglesia texana, admitió el Pentágono. “Las informaciones preliminares muestran que el delito de violencia doméstica de Kelley no fue inscripto en el registro del Centro nacional de información criminal (NCIC)”, indicó Ann Stefanek, una portavoz de la Fuerza Aérea. Ayer se reveló que Kelley fue dado de baja deshonrosa por lesiones de cráneo ocasionadas a su hijastro, en 2012. Stefanek precisó que se inició una investigación para comprobar si otras condenas pudieron eludir el sistema de inscripción en el registro de criminales. (AFP)

Su pasado

Kelley estuvo casado dos veces y no tenía hijos propios. Él y su primera esposa se divorciaron en Nuevo México, en 2012, de acuerdo con los registros judiciales. El hombre dejó la Fuerza Aérea el 9 de mayo de 2014.

Fue arrestado ese año por crueldad animal en un parque de vehículos recreativos en Colorado Springs, Colorado, donde vivía. Recibió una sentencia de prueba diferida, pagando 368 dólares.

Agentes del condado de Comal, Texas, respondieron a una sospecha de disturbio familiar en la dirección de Kelley, en 2014, pero dijeron que fue un malentendido.