Ciudad de México.- Cuando el Presidente estadounidense, Donald Trump, firmó el mes pasado una orden ejecutiva que prohibía temporalmente la entrada de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, su argumento fue que era para proteger a Estados Unidos de posibles atentados terroristas.

John F. Kelly, su Secretario de Seguridad Nacional, respaldó esa idea al afirmar que la prohibición era necesaria porque los procedimientos de investigación en esos siete países eran sospechosos.

Sin embargo, según The New York Times, un informe escrito por analistas de inteligencia de la Secretaría de Kelly socava esa idea que la gente proveniente de esos siete países -Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen- representan una alta amenaza terrorista.

El informe, que consta de tres páginas, indica que la ciudadanía no es un indicador confiable de si un sujeto llevará o no acabo un ataque terrorista.

El reporte se suma a otros obstáculos con los que la Administración Trump se ha enfrentado para poder aplicar su veto.

Jueces federales suspendieron la aplicación de la orden mientras se decide su legalidad en las cortes, a lo que la Administración Trump respondió anunciando que redactaría un nuevo veto, el cual aún no ha publicado.

La evaluación del Departamento de Seguridad Nacional encontró que sólo un pequeño número de personas de los siete países señalados en el veto han estado involucradas en actividades terroristas en Estados Unidos desde que comenzó la guerra civil siria, en marzo de 2011.

Además, el informe señaló que, mientras ciertos grupos en Irak, Siria y Yemen podrían representar una amenaza para Estados Unidos, en los otros cuatro países las milicias tienen un enfoque más regional.

El texto también encontró que, en los últimos seis años, la amenaza terrorista alcanzó a muchos más países que los siete enlistados, pues individuos de 26 países han sido “inspirados” a perpetrar ataques en Estados Unidos.

Además, pocas personas de esos siete países tienen acceso a Estados Unidos, pues el Departamento de Estado concede muy pocas visas a esos ciudadanos.

Tanto la Casa Blanca como el Departamento de Seguridad Nacional trataron de minimizar la importancia del informe,

La Casa Blanca la acusó de estar politizada, y el Departamento arguyó que era un borrador.