Saltillo, Coahuila.- Cerca de la medianoche de este martes habitantes de la colonia Santa Lucía fueron despertados abruptamente con una lluvia de pedradas que destrozó las ventanas de sus viviendas, y no conformes con eso fueron amenazados de muerte por Carlos Velázquez Ortiz, luego de que denunciaran la proliferación de perros infestados de garrapatas en la casa de su madre, lo que hasta el momento ha dejado a tres personas con sarna y posible rickettsia.

“Caiga quien caiga, un grande o un niño, los voy a matar. ¡A mí la ley no me hace nada!”, gritaba Carlos, según los colonos, quienes pasaron la noche en vela aterrorizados después de escuchar que también incendiaría sus hogares. Incluso, dos de las vecinas que padecen diabetes requirieron la atención de paramédicos debido a que les subió la presión y sufrieron una crisis nerviosa.

Según los afectados, elementos de la Policía Municipal arribaron a la colonia ubicada al oriente, en las faldas de la sierra de Zapalinamé, casi una hora después de que se desató el enfrentamiento, en el cual salieron a relucir armas blancas, sobre la calle Adriana Masso Masso, gresca que fue sofocada por los uniformados.

“(Carlos) dijo que de hoy no íbamos a pasar, que le iba a llamar a sus amigos para que nos desaparecieran”, comentó Sergio Briones Robles, quien convocó a los demás colonos para ir a la casa del agresor y pagar con la misma moneda, lanzando piedras y pateado su puerta.

Prueba de ello son las marcas de tierra en ventanas y puertas de las casas de ambas aceras.

ENFRENTAMIENTO

Ya por la mañana, los habitantes decidieron hacer una denuncia pública ante la reserva de las autoridades en el asunto, donde señalaron que Carlos Velázquez ha amedrentado a otros colonos en varias ocasiones desde hace un casi año, cuando se mudó a la colonia, pues inicia conflictos en estado de ebriedad para después retirarse sin que sea detenido.

Agregaron que acudirían a interponer una denuncia en su contra, pues están cansados de que, además de combatir la problemática de perros con garrapatas, tengan que lidiar con sus amenazas.

Por su parte, Carlos Velázquez negó las acusaciones en su contra, cuestionando a los denunciantes si tenían alguna prueba. Argumentó que el resto de los colonos le tienen coraje sin razón, y los señaló por iniciar el conflicto.

En medio de la misma calle donde la noche anterior se registró la pelea, ambas partes se enfrentaron para discutir la problemática, donde Carlos negó los hechos y pidió a los vecinos no meterse en su vida.

“Yo no tengo problemas con nadie, si quieren hacemos una carne asada o nos juntamos en Navidad”, expresó extendiendo la mano a Sergio Briones, uno de los denunciantes, quien se negó a estrechar su mano reiterando que interpondrá una denuncia ante las autoridades por la amenaza de muerte que recibió de su parte.

Juliana Pinales Robles, esposa de Carlos, sostuvo que fueron los vecinos quienes se reunieron para patear su puerta y lanzar piedras a sus ventanas, poniendo en riesgo la vida de sus dos hijos.

La madre de Carlos, Ofelia Ortiz, pidió a los colonos que no agredieran más a su hijo y nietos, y aseguró que hablará con su retoño para poner fin a los conflictos.

SIGUE EL FOCO INFECCIOSO

Lo cierto es que el problema que inició esta guerra entre vecinos tampoco cesó, pues dos de los canes con garrapatas que el personal de Control Canino no pudo capturar, regresaron a la casa de Ofelia Ortiz.

Además, 20 perros más con garrapatas rondan las calles de la colonia, mismos que tampoco pudieron ser capturados.

El médico veterinario Marco Camarillo argumentó que debido a que los perros se encuentran en un lugar despoblado, es difícil capturarlos para su desparasitación.

Después de recorrer el área sin poder capturar a los canes, el personal del Centro de Control Canino optó por retirarse, no sin antes asegurar a los colonos que continuarán acudiendo durante los próximos días para combatir la problemática.