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Por Christian García
Publicado el sábado, 22 de julio del 2017 a las 08:03
Saltillo, Coahuila.- La Plaza de Armas se llenó poco a poco. El clima era fresco y se podía respirar una atmósfera de festividad. Los 440 años, de Saltillo arrancaron su fiesta con la presentación de Caloncho, uno de los jóvenes músicos que, a lo largo de seis años ha despuntado en el panorama del rock independiente.
El público esperó paciente la aparición del músico en el escenario. Las enormes bocinas comenzaron a retumbar. Los gritos de los fans se mezclaron con el ritmo de batería sintética que despejaban el temor a la lluvia para comenzar el primer concierto multitudinario.
COMIENZA LENTO
Ataviado con una playera negra, jeans azules, una cachucha verde y una guitarra del mismo color, Caloncho salió a la vista del público cantando Chanates, “respira la nostalgia del ciclo de vida” dice un verso de la canción en la que, acompañado de su banda, abrió el concierto.
Rápidamente el público comenzó a menear sus cabezas como si fueran las olas de un mar, que gracias a los ritmos tropicales de la música, transportaron a los escuchas a una playa, nacida en el desierto coahuilense.
“¡Hola, Saltillo! ¿Cómo están? Estamos bien felices de estar acá celebrando con ustedes. Espero que la estén pasando bien”, dijo el cantante para acercarse al público y dar paso a la siguiente canción. La noche oscurecía y una melodía suave de rock sesentero sonaba. Una canción para la reflexión: Pasa el Tiempo, “así que disfruto de lo que me pasa hoy, espero saber si me quedo o me voy”, se repite en el estribillo, cuya pieza relajó aún más la atmósfera, gracias a la repetición de las suaves notas de las guitarras.
El cielo azul ultramarino y limpio de Saltillo se mezcló y desdibujó con las luces amarillas, verdes y azules que reinaban sobre el escenario de tubos plata, cubierto por una tela negra y un humo que difuminaba a los músicos sobre él.
ROMPEN LAS VOCES
Las estrellas cayeron del cielo a la explanada de la Plaza de Armas, pues los celulares se levantaron al ritmo de Julia, “una canción de cuna”. Una canción para enamorados que provocó que jóvenes parejas se voltearan a ver a los ojos y se besaran mientras Caloncho cantaba “Sueña bonito chiquita consentida, te beso en la frente y ya estas dormida, navega tu inconsciente”.
Chupetazos fue el hit con el público, el primer verso de la canción instantaneamente fue coreado por los asistentes, quienes se unieron a Caloncho en la interpretación comunitaria de la canción más conocida del sonorense. Una lluvia de voces cayó sobre el Palacio de Gobierno.
Egoísta, fue la canción que rindió homenaje a la música ranchera y un regalo para nuestra ciudad y para los fans. Las notas tristes se marcaban aún más melancólicas por la luz azul que bañaba a la banda que la interpretaba.
Así como Caloncho se presentó en la ciudad con una mezcla de sonidos y géneros que recordaba al tema del festival, el día de hoy se presenta por primera vez en nuestra ciudad la banda argentina Babasónicos, que con su particular sonido darán variedad latina al Festival.
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