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Buscan un milagro y enfrentan la muerte

Por Cristal Romo

Publicado el domingo, 7 de febrero del 2016 a las 16:05


Grave riesgo utilizar productos para animales.

Monclova, Coah.- La desesperación por lograr un cuerpo perfecto, eliminar enfermedades, piojos o males ha llevado a habitantes de Monclova y la región a consumir productos y medicamentos para animales sin imaginar el peligro fatal al que se enfrentan y para ello convierten forrajeras en farmacias ante la complacencia de las autoridades.

Llegar a una forrajera y solicitar ungüentos o jabones para quemar grasa del vientre, matar los piojos o hacer que te crezca el cabello, no es algo tan inusual como parece, pero en la búsqueda de ese producto milagro al cliente puede llevarlo hasta la muerte.

Aunque por obviedad los medicamentos de uso veterinario no deben ser empleados en humanos, esta es una práctica habitual entre habitantes de la región, la mayoría de ellos urgidos por transformar su apariencia o calmar dolores físicos, lo que les hace otorgar propiedades extraordinarias a artículos creados específicamente para animales.

Ejemplos de ello es el Mamisan y Bamitol, bálsamos concebidos para desinflamar la piel de las bestias, casi siempre la ubre de la vaca, pero que la gente compra para untárselo en el abdomen, que envuelve en hules o fajas con la ilusión de disminuir la cintura.

‘Milagro’ y muerte por el mismo costo

“¿Tiene algo para calmar las dolencias?”, es una frase que se escucha con frecuencia en las farmacias, sin embargo, es en las forrajeras donde las personas también llegan en busca de un milagro para calmar sus malestares y hasta cambiar su físico.

El uso de productos destinados para animales no es novedad. Desde tiempos de antaño, las abuelas solían recurrir a pomadas para animales como vacas o caballos, a fin de aliviar los dolores que las aquejaban.

Sin embargo, la ciencia ha dotado a estos productos de un efecto que sobrepasa los límites de la salud humana, y en lugar del milagro esperado provoca la muerte.

Ejemplos de ello es el Mamisan y Bamitol, bálsamos concebidos para desinflamar la piel de las bestias, casi siempre la ubre de la vaca, pero que la gente compra para untárselo en el abdomen, que envuelve en hules o fajas con la ilusión de disminuir la cintura.

“Es para la longevidad”, expresó el propietario de una forrajera ubicada en el sector Oriente de la ciudad, quien junto a su esposa se atacan de la risa antes de especificar, “pero de la cintura”, y es que afirman que seguidoras de la disciplina fitness llamada zumba, son las clientas más asiduas de estos productos, pues están convencidas de que las hacen sudar el doble de lo normal y quemar más grasa con el ejercicio.

Aún con la leyenda, Precaución: ligeramente tóxico, el jabón insecticida “Scabisin”, creado para perros, es otro de los artículos veterinarios que las personas utilizan para acabar con
los piojos en los menores de edad al contener asuntol, un efectivo garrapaticida.

“Dicen que es muy bueno, que les tallan la cabeza a los niños con piojos y que de inmediato se les caen, pero hay que tener cuidado de que no se quede por mucho tiempo en la cabeza; yo nunca lo he usado, pero sí atiendo mucha gente que lo compra para eso”, mencionó la encargada de otro establecimiento de este tipo, ubicado también en el sector Oriente.

Las cremas que contienen analgésicos y antiinflamatorios son otras de las más solicitadas, de éstas hay gran variedad como el Ungüento Veterinario de La Tía, Diclo Vet, Don Ricardo, Caballo de poder, Elefante, Bálsamo blanco, todas con el registro de la SAGARPA y con la advertencia
de uso exclusivo veterinario; inscripciones que parece ser invisible para compradores que buscan el alivio a dolores de espalda, cuello, torceduras, y golpes en general.

Otro de los artículos que goza de popularidad es el champú para caballo que da brillo a pelo del animal; y si en al cuadrúpedo funciona, pues claro que para el humano también, parecen asociar ciertos clientes, por lo general féminas. “Dicen que también hace crecer el cabello y evita su caída, no sé si sea cierto porque en el envase sólo refiere el brillo de la crin y en general el pelaje del caballo, pero tenemos clientes que dicen que sí les ha crecido el cabello y vienen cada cierto tiempo por el champú”, añadió la encargada de la tienda.

Las propiedades que les han atribuido a estos productos son tan variados, que su uso incluso ha penetrado en tratamiento de belleza, donde las cremas y ungüentos son aplicadas para evitar granitos o el enrojecimiento de la piel después de ser sometida a depilación.

UNA FALSA PANACEA

¿Pero qué orilla al ser humano a utilizar las forrajeras como farmacia?, de acuerdo al coordinador de Regulación y Fomento Sanitario de la Cuarta Jurisdicción Sanitaria, es la necesidad de encontrar la cura maravillosa para bajar de peso o aliviar el dolor, ese mítico medicamento que por arte de magia lo cura todo.

Andrés Flores Ramírez refirió que con frecuencia la relación que hace la población sobre los productos de uso veterinario, es que la cantidad de ingredientes activos del medicamento
es mayor, por lo que piensan que el efecto en una persona será más potente, efectivo y de resultados inmediatos.

Pero es esa misma concentración de fármacos, (cantidades calculadas para animales), lo que pone en riesgo la vida del individuo. La mayoría de estos productos, -comentó-, tienen características parecidas al Iodex (con alcanfor), por lo que se le atribuyen falsas propiedades reductoras.

“Hay productos químicamente parecidos para hombres y animales, incluso a un animal sí se le puede poner algún medicamento para humanos, pero al revés no, las dosis son completamente diferentes y el riesgo es bastante”, dijo.

SIN VIGILANCIA

Al no estar catalogados como medicamento controlado, la mayoría de los productos de uso veterinario se pueden adquirir sin receta.

“Ese medicamento no es regulatorio porque no ocasiona adicción o cosas por el estilo, es un medicamento tópico (para la piel), lo que pasa es que la gente le da mal uso”, acotó Flores Ramírez, atribuyendo las falsas propiedades a chismes o comentarios de boca en boca.

“Toda la gente quiere encontrar la cura maravillosa para bajar de peso, para evitar el dolor, pero no la hay, al contrario, ponen en riesgo su vida”, finalizó.

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