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Arroyo Cuatro Bajo; lo que el agua se llevó

Por Ruta Libre

Publicado el lunes, 7 de agosto del 2017 a las 15:32


El sobreprecio de terrenos y la mala gestión desvanecieron uno de los proyectos más importantes en desarrollo pluvial

Por: Arturo Estrada Alarcón

Saltillo, Coah.- El arroyo Cuatro Bajo es un tema que lacera, que se ha evadido por años. Es el proyecto olvidado, la culpa de todos, de nadie. Ninguna autoridad acepta tener la responsabilidad.

Las inundaciones al norte de la ciudad vienen de años atrás, pero no fue hasta que se comenzó a urbanizar con ostentosos fraccionamientos residenciales que salió a flote el problema, un conflicto que con el paso del tiempo y la urbanización no hizo más que
empeorar.

El último cálculo, hecho en 2015, establecía que se requerían 365 millones de pesos para construir el pluvial de 3.7 kilómetros para conectar los arroyos del Cuatro Medio y Ceballos. El coste era 680% más alto a lo que se presupuestó en 2012.

Hablando de 2012, específicamente del 12 de mayo, durante la visita del entonces candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, se le propuso la obra y la firmó como el compromiso número 56 de su campaña: “Rehabilitar el drenaje pluvial de Saltillo, con la construcción de dos sistemas y dos colectores pluviales”, uno de ellos el Cuatro Bajo.

Al renovarse la Presidencia, el Gobierno Federal dispuso de recursos para responder a los compromisos puntuales hechos para la Región Sureste de Coahuila, tales como la construcción del Centro Oncológico, las universidades politécnicas de Monclova y Ramos Arizpe, el puente vehicular Abasolo-LEA, así como el colector de la Zona Dorada de Luis Echeverría.

Hubo intención de cumplir por completo con el cuarto punto, el de los dos colectores, pues el segundo pluvial en referencia es el Cuatro Bajo.

Durante los ejercicios 2014, 2015 y 2016 se asignó en el Presupuesto de Egresos Federal una partida de 167 millones a la gerencia local de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para cumplir con la obra, pero el pluvial se quedó sólo en intención.


Las primeras obras para el desarrollo del proyecto hídrico están ya en malas condiciones.

El proyecto que se metió inicialmente a Conagua en 2013 lo tenían contemplado para un retorno de 100 años, pero lo regresaron para que lo adaptaran a 500 años; las dimensiones del canal aumentaron de una base de 15 a 23 metros, y en la parte alta de 24 a 44 metros. Con base en esa ampliación se determinaron los recursos que cayeron en el subejercicio por tres años consecutivos.

Para 2017 ya no presupuestó la obra, se encuentra en calidad de suspendida, de acuerdo con información proporcionada por la Conagua, por lo que es muy probable que no se contemple tampoco para 2018.

Y no se pueden radicar recursos por el simple hecho que el trazo no está liberado. No hay dónde hacer la obra. Es aquí donde llegamos a la responsabilidad del Gobierno local, que ha eludido al paso de tres años y medio.

El Cuatro Bajo no es arroyo

Puntualizando, el sistema pluvial requería de 325 millones de pesos, de los cuales 167 millones los pondría la Conagua, que es básicamente la construcción del canal a cielo abierto con un periodo de retorno a 500 años; 83 millones se requerían para la construcción del puente Eulalio Gutiérrez, a la altura del Buen Samaritano, y otros dos más por parte del Estado, y los 75 millones de pesos que el Municipio garantizó para la compra de terrenos.

Se requiere de una millonaria suma para comprar terrenos para trazar un cauce, porque en la realidad, el arroyo Cuatro Bajo no existe. Si se emplea una vista satelital del lugar, se podrá constatar que no hay trazo alguno entre Eulalio Gutiérrez hasta las espaldas del Club Campestre.

El Cuatro Medio viene del oriente, desemboca por debajo del bulevar que antes se conocía como Los González, donde se produce un fuerte encharcamiento, pues el agua tiende a estancarse al no encontrar una salida. El arroyo más cercano para desahogar la zona es el Ceballos, a escasos metros de la carretera a Monterrey.

Por tal motivo, con cada lluvia de consideración se inunda la zona norte del bulevar José Musa, las colonias Loma Blanca, Capellanía, Nogalar del Campestre, Country Club, Los Silleres, Natural, Residencial Toscana, entre otras.


El bulevar José Musa de León tiende a inundarse cada que arrecian las lluvias.

En sí, el Cuatro Bajo no es un arroyo sino un Parque Hídrico que se empleaba para la siembra gracias a su propensión para retener el agua. Esa es la razón por la que la Conagua nunca pudo emitir el trazo del lugar, y cualquier maniobra pública se detuvo.

Como ocurrió el 21 de mayo de 2012, que por orden de un juez el Ayuntamiento de Saltillo, encabezado en esas fechas por Jericó Abramo Masso, se vio obligado a tapar 40 metros lineales del Cuatro Bajo que se habían abierto para desahogar las inundaciones del sector.

El conflicto del especulador

El principal problema para la obra se concentra en 29 propiedades, cuyos dueños prefieren que sigan las inundaciones a ceder los predios a precio catastral.

Don Luis –quien pidió discreción con sus datos personales para no entrar en conflicto con sus vecinos– es uno de los 125 propietarios (la mayoría de los predios en cuestión tienen más de un dueño) involucrados. Él durante años fue funcionario estatal.

“Algunos pensábamos vender barato. Hubo quien hasta habló de donar su parte, pues la obra venía a subir la plusvalía de las viviendas, de los terrenos, pero algunos especularon sobre el valor que tendrían los predios una vez hecho el canal, y no lo que valen ahora, que es relativo”, dijo.

Don Luis heredó el terreno junto a sus hermanos. Algunos han construido sus casas por la zona, otros esperan a que se resuelva el tema de las inundaciones.

“Desde hace dos años no se le ha vuelto a mover al tema. Está congelado y nadie le quiere agitar al avispero. Los que hablamos de vender barato nos vimos obligados a subir nuestros precios cuando nos enteramos cuánto le iban a dar a José de las Fuentes, sólo por ser amigo del alcalde Isidro López. Todos nos subimos y por eso es que de 20 millones el número subió hasta los 75 millones de pesos”, aseguró.

Entre los propietarios del cauce se menciona a la familia Sánchez del Bosque, el Club Campestre, la familia del exalcalde Luis Horacio Salinas Aguilera, el panista José de las Fuentes Cabello, entre otros.

La compraventa se volvió como el dilema de la gallina y huevo, los predios actualmente carecen de gran plusvalía porque se inundan, pero una vez resuelto el problema se cotizarán como el resto de los terrenos residenciales del norte, por consiguiente los dueños quieren vender al precio que tendrán los terrenos en el futuro, no al precio actual, pero el elevado costo de los predios, a precio de especulación, terminó por cancelar el proyecto.

Oficialmente, la reunión entre autoridades estatales, federales y municipales y vecinos se dio el 17 de febrero de 2015 en el salón de eventos del Club Campestre, y tras una prolongada discusión no se llegó a una definición en concreto.


Cerca de los arroyos se ubican zonas habitacionales y universitarias.

El entonces secretario de Gestión Urbana, Agua y Ordenamiento Territorial (Segu), Gerardo Garza Melo, confirmó que 18 propietarios se habían mostrado interesados en el proyecto, pero nunca se dio el siguiente paso.

De acuerdo con información proporcionada por Catastro, los predios que se ven comprometidos por el trazo del Cuatro Bajo no son tan caros como para ofrecer 75 millones, y aun así los dueños se empeñan a venderlos a mil 500 pesos el metro cuadrado –483% arriba de su precio real–, pues así lo negociaron con el alcalde Isidro López Villarreal.

En julio de 2015, el entonces tesorero municipal, Adrián Ortiz Gámez, anunció la cancelación del proceso de adquisición de manera indefinida.

En riesgo de inundación constante

Al consultar al Atlas de Riesgo de Saltillo se puede descubrir que se recomienda evitar desarrollos urbanos o habitacionales en el nororiente de la ciudad, específicamente en la zona de conflicto del Cuatro Bajo.

De acuerdo con el documento que fue elaborado por el Laboratorio de Sistemas de Información Geográfica del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) “no se deberá de canalizar con concreto que impida la infiltración en el cauce”.

Se advierte que en la parte baja de la cuenca “se deberán de diseñar y construir zonas de infiltración que sean capaces de retener los escurrimientos que se produzcan en la cuenca. Estas estructuras podrán consistir de parques, camellones y otras áreas que no cambiarán en su uso del suelo en un periodo largo de tiempo”.

“En relación con las obras de mitigación, la zona más crítica en la zona urbana de Saltillo la representa la parte baja de la arroyo El Cuatro. El área más crítica en esta cuenca se localiza al norte de la ciudad en las confluencias de los arroyos El Cuatro y Ceballos”, apunta el documento disponible desde el 2015.

Se recomienda desarrollar estructuras de canalización que permitan el paso de los escurrimientos y eviten las inundaciones. “Deberán de mantener la capacidad de infiltración natural del cauce y las zonas aledañas, por lo que se deberán construir con estructuras permeables que faciliten la infiltración”. Lo anterior se opone a la construcción de cajones de concreto, así como posibles desarrollos urbanísticos en el sector.


El riesgo de inundación en zonas residenciales es muy alto. Se han otorgado permisos de construcción a pesar de la advertencia.

En el limbo burocrático

Recién se le preguntó al alcalde Isidro López Villarreal sobre la compra de terrenos para lograr el pluvial, a lo que el Edil respondió que se requieren recursos que no tiene presupuestados el Municipio, además consideró que es un tema federal y estatal.

Por la parte federal no hay mucho que hacer, pues desde abril de 2015, tras la renuncia de Hugo Martínez González, nunca se volvió a designar a un director general de Conagua en la localidad, lo que coincide con las fechas en que se desistió del proyecto.

Se buscó entrevista con Óscar Gutiérrez Santana, director general de la Cuenca Río Bravo, que despacha en Monterrey, sin embargo nunca se pudo concretar el enlace.

En 2014 se construyó el pluvial del Cuatro Medio, que viene del oriente hasta Eulalio Gutiérrez, con ocho presas de gaviones en 1.8 kilómetros de arroyo. Las lluvias que han caído en este 2017 han provocado severos encharcamientos en el bulevar José Musa de León y zonas aledañas, pues el agua tarda en salir.

Las bondades de los compadrazgos

Coahuila es el tercer estado de la República que menos llueve, y Saltillo se encuentra por debajo de la media estatal de lluvia, por lo que en síntesis, las precipitaciones no son un problema que se mantenga permanente en el ideario colectivo.

Sólo se recuerda el déficit de drenaje pluvial cuando hay inundaciones. Por fortuna, en años recientes no han ocurrido golpes de agua de consideración, menos en el norte de la ciudad. La poca lluvia que ha caído ha servido para dejar varados varios vehículos en el bulevar José Musa y de vez en cuando acude Protección Civil a clausurar temporalmente la vialidad.

Desde la Administración pasada se determinó colocar una veda a la zona para permisos de construcción de casas y fraccionamientos, pero nunca faltan las palancas para lograr saltarse las reglas.

Pese a las recomendaciones de no otorgar permisos a nuevos fraccionamientos al nororiente de la ciudad, Isidro López Villarreal autorizó un desarrollo residencial. El fraccionamiento Natural se levantó en la zona de afectación del arroyo del Cuatro Bajo.

A pesar de que el Alcalde negó públicamente haber entregado la licencia de construcción al fraccionamiento residencial, resultó una mentira, pues se comprobó que el 11 de marzo de 2015 se expidió la licencia de Infraestructura y Urbanización mediante el oficio SPU/OU/15 a un desarrollo en zona de “veda”; el permiso fue firmado el 30 de abril de ese año por el director de Desarrollo Urbano Municipal, Juan Fernando Pérez Charles.

Uno de los puntos a resaltar del permiso es la celeridad con la que se condicionó la licencia, pues se les autorizó el proyecto en no menos de 120 días para realizar los trabajos de infraestructura y pavimentación.

Además de que el número de expediente 06S-OU-1577-10/03/15 revela que el trámite y la aprobación se hicieron en tiempo récord. El 23 de agosto de 2016 Isidro López aseguró que la licencia de construcción fue entregada durante la gestión de Jericó Abramo Masso, cosa que resultó ser un engaño.

La autorización es para el predio ubicado en el bulevar José Musa de León esquina con el Antiguo Camino a los Zertuche, con densidad baja y de una superficie total de 9 mil 581.9 metros cuadrados.


El agua que se acumula en la zona hídrica es la que baja de la sierra de Zapalinamé.

Zona inundable

• La zona principal de Inundación se le identifica como Parque Hídrico, y hasta hace unos años era área de siembra. Aún hay hortalizas en el sector.

• El Cuatro Medio conduce parte del agua que escurre de la zona suroriente, parte de Zapalinamé y La Aurora.

• Entre el Cuatro Medio, que termina en Eulalio Gutiérrez, y el Ceballos, que se conectaría a espaldas del Country Club, desaparece el cauce, situación que ha complicado definir el trazo del arroyo.

• En tanto no se resuelva el colector pluvial la zona norte seguirá inundándose con cada lluvia.

• Pese a las restricciones de desarrollo, algunos constructores han logrado permisos por debajo del agua, incluso con el aval del Alcalde.

• De 20 millones se disparó hasta los 75 millones de pesos el valor de los terrenos que se requieren para liberar el trazo del arroyo.

• 50 mil metros cuadrados dispuestos en 3.7 kilómetros lineales son los que impiden el desarrollo de la zona norte.

• Mil 500 pesos por metro cuadrado exigen los propietarios para liberar el Cuatro Bajo.

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