Londres.- La policía londinense multiplicó la difusión de mensajes pidiendo la colaboración de testigos ante el aumento de ataques con arma blanca en la capital británica.

Entre abril de 2016 y marzo de 2017, la policía contabilizó unos 12 mil 100 ataques con arma blanca en Londres, que dejaron más de 4 mil 400 heridos. La estadística más alta desde hace cinco años.

Este fenómeno se produce particularmente entre los menores, cada vez más propensos a llevar cuchillos. Una práctica que preocupa a las autoridades.

Desde principios de año, 27 personas de menos de 25 años murieron por arma blanca en Londres, cerca de una por semana, indica el Ayuntamiento.

Estas cifras solo representan “la punta del iceberg”, considera Patrick Green, dirigente de Ben Kinsella Trust, una organización especializada en la prevención de agresiones.

“La mayoría de las personas atacadas padecen secuelas físicas de por vida, sin hablar de los traumas psicológicos”, explica Green a la AFP. “El que lo superen no quiere decir que vuelvan a llevar una vida normal”.

Tres de cada cuatro casos no están relacionados con el crimen organizado sino con individuos aislados, que llevan un arma para sentirse seguros o para aparentar.

“A menudo son casos que se ven venir: al llevar cuchillos, los jóvenes aumentan sus probabilidades de convertirse en víctimas”, analizaba así Bernard Hogan-Howe, exdirector de la policía londinense, a finales del año pasado.

Prevención en las escuelas

Para intentar acabar con este fenómeno, la ministra del Interior, Amber Rudd, anunció el martes su intención de prohibir la posesión de cuchillos zombie, estrellas ninja o puños americanos.

La prohibición de portar cuchillos en los lugares públicos y en las escuelas debería extenderse a otros establecimientos, principalmente las universidades.

El alcalde de Londres, Sadiq Khan, prometió a las escuelas que podrían disponer de arcos de detección de metales y de un agente de seguridad, en el marco de un programa de 7 millones de libras (7,9 millones de euros).

También denunció los recortes del gobierno conservador en los presupuestos dedicados a los menores, que llevaron al cierre de 30 centros para jóvenes, es decir, tantos como potenciales lugares de prevención.

Además, la policía efectuó estas últimas semanas en cientos de escuelas británicas sesiones de prevención, integradas en la “operación Sceptre”, desplegada a nivel nacional.

En el marco de este programa se movilizaron a varias decenas de hombres, una semana al mes, para reforzar los controles a los comerciantes que venden cuchillos y a la población, y para confiscar las armas que se venden ilegalmente. Igualmente se establecieron contenedores para deshacerse de manera anónima de las armas blancas prohibidas.

Innovación en los hospitales

Al mismo tiempo, la represión disminuye. En un momento en el que los ataques con arma blanca aumentaban un 24% el año pasado en la capital, las respuestas judiciales disminuyeron un 5%.

“Sería ingenuo pensar que si se realizan importantes recortes, no se sufra ninguna consecuencia”, declaró durante la presentación de estas cifras Martin Hewitt, director adjunto de Scotland Yard, en referencia a la reducción del 14% de los efectivos policiales londinense desde 2010.

Como respuesta, los servicios de emergencia innovan. Estos últimos meses, los hospitales y la policía desarrollaron de manera conjunta un programa para recoger y compartir información anónima de cada nueva agresión.

La base de datos creada permitiría mejorar la prevención y la respuesta de los servicios de emergencia. “Las políticas de austeridad han sido un catalizador de cambio, un cambio que esperamos que sea positivo”, asegura John Poyton, director de RedThread, una organización de ayuda a las víctimas.