Emilia Maldonado | Saltillo, Coah.- Si al hacer clic en el primer capítulo esperas toparte con un anime relajado, cómico y de toques románticos, temo decirte que te habrás equivocado de serie querido lector, pues 91 Days posee todo lo contrario, comenzando por su trama ciertamente inquietante, de aire hollywoodense que recuerda a las obras literarias y cinematográficas del género policiaco.

Ambientada en Estados Unidos durante el periodo de la Ley Seca, la historia narra la vida de un chico llamado Angelo Lagusa, cuya familia fue asesinada por los Vanetti en una disputa entre mafias, obligándolo a cambiar su nombre a Avilio Bruno y permanecer en el anonimato. Siete años más tarde Angelo recibe una carta cuyo contenido hace que surja un incontenible deseo de venganza y regresa a Lawless, su ciudad natal, con la intención de infiltrarse en la familia Vanetti a través del hijo mayor, Nero.

Si bien la premisa es interesante y la trama se desarrolla en ámbitos propios del crimen organizado, es mi deber advertirte lector que desde el primer capítulo y conforme avance la historia sentirás como si te arrancaran el corazón, lo estrujaran y violentamente volvieran a meterlo en tu caja torácica pues al situarse dentro del drama que representa la batalla entre mafias por el poder, te será difícil encariñarte con personajes que bien podrían morir en el siguiente episodio.

Su humor es breve y muy sutil, de hecho es negro, pero existe para equilibrar la cantidad de intriga y violencia que pasarán ante tus ojos, mismas en las que los personajes se ven envueltos desde el principio. Sin embargo, la traición, la venganza, la lealtad y crímenes sangrientos son los platillos principales de la historia y están a la orden de cada capítulo, cuya magia abrumadora consiste en dejarte intrigado, con las irresistibles ganas de ver otro episodio y otro hasta terminar la serie.

No obstante, puedo asegurarte que el desarrollo de los eventos son de una calidad excelente gracias a su ritmo cadencioso pero consciente de hacia dónde se dirige; además la historia posee una fotografía que simula pinturas al óleo, un guion sencillo con diálogos que en ocasiones aluden a la mitología o a la mismísima Biblia y una banda sonora melancólica aunque con matices esperanzadores que es aderezada con el opening Signal, de TK –vocalista y guitarrista de la banda Ling Tosite Sigure– que narra los sentimientos del protagonista, y con el ending Rain or Shine, de ELISA, cuya ausencia de letra rememora el ambiente de los años 20 con un tono que tiende a lo retorcido, simbolizando la frialdad de la venganza.

Sin duda estarás ante una historia que resalta la importancia de la lealtad tanto en familia como entre amigos, el enorme peso que recae en la responsabilidad de proteger el apellido, el escenario tortuoso de la mafia… y cuán impactante resulta ser el verdadero precio a pagar por obtener venganza.

LA LEY SECA

Conocida en inglés como Prohibition, esta ley fue aprobada en el Congreso de Estados Unidos mediante la Enmienda 18, que prohibía la venta, importación, exportación, fabricación y el transporte de bebidas alcohólicas en todo el país. Estuvo vigente desde el 17 de enero de 1920 hasta el 5 de diciembre de 1933, derogada por la Enmienda 19.

MÚSICA MELANCÓLICA

Para tremenda obra violenta y dramática, era necesaria una composición musical igual de desoladora pero que incorporara matices de esperanza y perdón, una hazaña que Shogo Kaida consiguió con la banda sonora que compuso. El opening Signal y el ending Rain or Shine hicieron el resto.

¿91 DÍAS?

Si bien el nombre de la serie podría remitirte a que tendrás 91 episodios llenos de suspenso, acción y drama –en especial porque aunado a su título, cada capítulo tiene anexada la palabra “día”– sus 12 episodios acabarán con esa idea. ¿Por qué entonces se llama 91 Days? Simple: porque la historia se desarrolla en tres meses más un día.