Internacional
Por Agencias
Publicado el domingo, 5 de febrero del 2017 a las 14:26
Montreal, Can.- A una semana del tiroteo en una mezquita de Quebec, que dejó seis víctimas fatales –el peor ataque de este tipo en Canadá–, constituye un despertar brutal para esta nación multicultural, abierta y tolerante, y pone en evidencia las fracturas que atraviesan a la sociedad.
Aunque las motivaciones del presunto autor de este ataque, que provocó seis muertos, no han sido claramente establecidas, no se trata de un “acto aislado”, estima André Gagné, teólogo de la universidad Concordia en Montreal.
El tiroteo se produjo al día siguiente de un mensaje del primer ministro Justin Trudeau, gran defensor del multiculturalismo, en el que prometió acoger a refugiados “independientemente de su fe”. Palabras pronunciadas al día siguiente de la decisión del presidente Donald Trump de prohibir el ingreso a Estados Unidos a ciudadanos de siete países musulmanes.
Este drama arrojó una sombra sobre la imagen de un Canadá inclusivo, alimentada por la aceptación de unos 40 mil refugiados sirios durante 2016. De los 36 millones de habitantes de Canadá, alrededor de 1.1 millón son musulmanes.
“Hay en el mundo una atmósfera de intolerancia y retórica extremista que nutre al islamismo extremista y a los grupos de extrema derecha”, aseguró Gagné.
A una semana del ataque, el legado de miedo inicia a permear en las minorías canadienses e incluso ocupa los titulares de los medios de todo el país. Es una situación que la nación de la hoja de maple no había encarado y apenas comienza a aprender a hacerlo, antes de replicar lo que ahora es frecuente en Bélgica, Francia o el propio vecino, Estados Unidos.
Identidad en conflicto “Es revelador de un problema más amplio que una simple cuestión de integración”, con “señales de intolerancia respecto de la comunidad musulmana”, tanto en Quebec como en Canadá, agregó.
El primer ministro de Quebec, Philippe Couillard, rechazó que la tragedia sea una prueba del fracaso de vivir juntos, el fundamento del multiculturalismo.
“Todas las sociedades tienen que vivir con demonios” como “la islamofobia, el racismo y la exclusión”. (Con información de AFP/Toronto Star)
“Varios comentaristas dicen que es una sorpresa total. Pero hay que abrir los ojos, antes de todo esto ya era posible darse cuenta de que había problemas”, explicó Martin Papillon, profesor de ciencias políticas en la universidad de Montreal.
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