Vida
Por Agencia Reforma
Publicado el domingo, 9 de mayo del 2010 a las 11:08
México.- Pagar 10 pesos por un paquete de 25 vasos de unicel parece no ser tanto, tomando en cuenta que son 40 centavos por pieza; sin embargo, la transacción no termina ahí.
Por la misma cantidad también se compran cientos de daños ecológicos y, así, el precio ambiental que todos pagamos por el uso de un vasito al final es realmente alto.
El poliestireno expandible, material del que está hecho el unicel, hace que jamás se integre a la naturaleza y que pueda hallarse intacto mil años después de haber sido utilizado, de acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza.
Y así, gracias a la cultura del “úsese y tírese” que los cobija, hoy representan el 30% de la basura que se halla en los tiraderos de todo el mundo; volumen que tiende a aumentar en especial si se piensa que, según la Procuraduría Federal del Consumidor, tan sólo en México se producen anualmente 8 millones 500 mil toneladas de este material, la mayoría para vasos y platos.
Pero su final en la basura es el mejor de los escenarios, ya que, en repetidas ocasiones, estos desechos blancos llegan a ecosistemas marinos para convertirse en alimento de animales, que por causa del poliestireno pierden la capacidad de sumergirse o sufren el bloqueo de su tracto digestivo.
Por otro lado, están los “peros” ambientales que habría que ponerle a algunos de sus procesos de producción pues, además del gasto energético, están los agentes químicos empleados en la elaboración, el uso de petróleo (recurso no renovable) y las emisiones de dioxinas así como gases clorofluorocarbonados (CFC’s), que afectan la capa de ozono.
¿Qué es el unicel?
» Es un material plástico celular y rígido fabricado a partir del moldeo de perlas preexpandidas de poliestireno expandible o uno de sus copolímeros, que presenta una estructura celular cerrada y rellena de aire.
» Al poliestireno se le identifica con el número 6 rodeado por tres flechas en el fondo de los envases (sistema de identificación de los plásticos).
» Por tanto, es la espuma de plástico que se utiliza para empaquetar la comida rápida, en la fabricación de vasos y platos desechables, en la industria de la construcción (como aislante térmico y acústico principalmente) y en
empaques de artículos electrónicos.
Contaminación de alimentos
» El problema con las sopas instantáneas u otros productos que vienen envasados en plástico o unicel no se centra exclusivamente en su escaso valor nutricional, sino en la probabilidad de que generen dioxinas, al ser calentadas en los hornos de microondas.
» Diversos estudios en el mundo han demostrado que este tipo de hornos no generan, por sí mismos, contaminantes que pongan en peligro eminente a los seres vivos.
» No obstante, sí existe información suficiente para demostrar que ciertos materiales al ser introducidos en éstos pueden producir sustancias altamente contaminantes, como las dioxinas.
Efecto de las dioxinas en la salud
» Las dioxinas son cancerígenas, mutagénicas, persistentes, bioacumulables, tóxicos y volátiles; se transmiten mediante la cadena alimenticia en la que el ser humano está al final, por lo que recibe concentraciones más altas.
» Las consecuencias en la salud humana, animal y vegetal son muy graves. En el humano está la aparición de algunos tipos de cáncer: piel, cataratas y cambios en el sistema inmunológico. En conclusión, la dioxina es carcinógena y altamente tóxica para ser humano, perjudica al sistema inmunológico y altera el sistema hormonal.
Úselo con conciencia
» Evite en lo posible la compra de productos hechos de poliestireno (unicel).
» En vez de utilizar vasos de unicel (de “usar y tirar”), lleve su propia taza de café al trabajo y no compre platos de cartón.
» Si no tiene más opción que usar desechables, prefiera los de papel, cartón, plástico o mejor aun los elaborados de maíz o papa, 100% biodegradables y que sirven para hacer composta, ya están a la venta en algunos supermercados.
» Reutilice los plásticos de “burbujas” para envolver objetos frágiles y escriba a los fabricantes sugiriéndoles que usen materiales alternativos como el papel.
» Los vasos de plástico pueden servir para sembrar semillas.
» Cuando el unicel se convierta en su única alternativa, sáquele el máximo provecho. Es tan resistente que puede lavar y reutilizar las piezas una y otra vez.
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